Correr poco y rápido es más beneficioso

A quienes dicen que no hacen ejercicio por falta de tiempo, este estudio podría derribarleslas excusas. Motívese a correr, aunque sea un rato corto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

WASHINGTON. AFP Corra, aunque sea un ratito. Los beneficios de correr son los mismos para la gente que corre mucho y para quienes corren poco, especialmente si lo hacen a gran velocidad.

Una nueva investigación publicada esta semana en Journal of the American College of Cardiology anima a más gente a moverse y les asegura que no tienen que hacerlo durante mucho rato para obtener beneficios. “Correr de cinco a 10 minutos por día puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades cardíacas y de morir joven”, destacan las conclusiones. El reporte prosigue con porcentajes. “La gente que corre como ejercicio tiene 30% menos de riesgo de muerte y 45% menos de probabilidades de morir por enfermedad cardiovascular que quienes no corren nada. Por ejemplo, los corredores tienen una expectativa de vida de tres años más que el promedio de los sedentarios”.

El estudio no registró diferencias estadísticas significativas entre quienes corren 50 minutos por semana y quienes corren 180 minutos en ese mismo lapso. Tampoco difieren los resultados si se corre a un ritmo menor a los 10 kilómetros por hora. Duck-chul Lee, profesor asistente del Departamento de Quinesiología de la Universidad Estatal de Iowa, Estados Unidos, recordó que quienes corren despacio o caminan también tienen mejores resultados que los que no hacen ningún tipo de ejercicio.

Este estudio se realizó en Texas, a lo largo de 15 años, con 55.000 adultos de 44 años como edad promedio. La mayoría eran blancos y el 25%, mujeres.