Empezar a hacer ejercicio suele ser uno de los propósitos más comunes de año nuevo y comprar las tenis, una de las primeras tareas para cumplir con él.
Pero, ¿sabe cómo hacerlo? “Cuando las personas van a la tienda a comprarse unas zapatillas, lo primero que miran es la estética de las mismas, dejando al margen otras características más importantes”, explica Martín Zumbado, especialista en medicina del deporte.
Al elegir zapatos deportivos no debe importar el color ni el estilo, sino su estructura y funcionalidad. “Cada deporte y cada persona tienen unas características únicas que las va a hacer diferentes al resto, por lo que no deben usar el mismo tipo de calzado”, explica el experto.
Por ejemplo, no todos tenemos una misma forma de pisar y eso se nota, sobre todo, cuando estamos de pie. Algunos tendemos a apoyar la mitad del pie donde se encuentra el dedo gordo –esos somos los pronadores–, y otros, la mitad del pie donde está el meñique –esos son los supinadores–.
Ni los primeros ni los segundos requieren el mismo tipo de tenis, sino una estructura que le brinde un soporte distinto al pie, según su anatomía y sus necesidades.
De acuerdo con Zumbado, los pronadores requieren un zapato deportivo que ayude a estabilizar el arco longitudinal del pie para que el impacto contra el piso sea parejo. “Es recomendable una tecnología que ofrezca una combinación de soporte y amortiguación”, detalló.
Por su parte, los supinadores más bien requieren un calzado que permita la pronación. Por eso, recomienda zapatos ligeros que permitan un mayor movimiento del pie.
Si no se atienden esas recomendaciones a la hora de elegir zapatos deportivos, se favorecen las lesiones. La llamada pronación puede provocar torceduras en el pie, la espinilla y la rodilla, a veces con lesiones en la rótula, cadera, músculos tibiales; mientras que la supinación puede producir daños como la fascitis plantar, la tendinitis aquilea y lesiones iliotibiales.
Saber elegir. En tiendas especializadas utilizan diferentes métodos. Jorge Delgado, dueño de la tienda especializada en atletismo Atletic Corner, afirma que una forma de determinarlo es pedirle a la persona que, descalza, se levante y observar hacia donde se inclina el pie.
Víctor López, especialista en calzado deportivo de la tienda Runners, dice que otra opción es pedirle a la persona que deje su huella húmeda sobre una hoja de papel o bien, que se ponga de pie apoyándose en una sola pierna y luego en la otra, para que sea más evidente hacia dónde se inclina el pie.
“En nuestro medio lo que usamos es el plantoscopio o podoscopio, el cual nos permite ver directamente la posición del pie y el talón durante el apoyo, acompañado además de la valoración del desgaste de los zapatos”, agregó Zumbado.
En el mundo, la mejor valoración se logra por medio del análisis dinámico de la marcha con cinematoscopía (banda de rodaje, filmación de cine y medición con rayos láser), con lo cual se valora la pisada de manera dinámica.
Pero la escogencia no queda ahí. Para elegir la forma y la estructura del zapato además se requiere tener en cuenta la morfología del pie en función de los dedos, pues hay quienes tienen pies griegos (el segundo dedo dominante), egipcios (el primer dedo dominante) o cuadrados (el primer y segundo dedos igual de largos). También hay que tomar en cuenta esa morfología en función del arco de la planta del pie, pues se requieren diferentes curvaturas de horma, explicó Zumbado.
En cuanto a generalidades, Roberto Blandón, especialista en ortopedia y traumatología, recomienda buscar un zapato con suela firme para que proteja el pie y flexible para que le permita el movimiento.
Además, el zapato debe tener una lengüeta protectora del tendón de Aquiles, y estar hecho de un material que permita una buena transpiración.
Zumbado también dice que es necesario tomar en consideración la disciplina deportiva porque el calzado tiene un diseño especial en función de los diferentes movimientos que requiere cada deporte, el cual facilita la práctica del mismo y protege al usuario de posibles lesiones.
Es importante asimismo tomar en cuenta la superficie o terreno donde se practicará el deporte.