Cerebro de perros relaciona placer con el olor de sus dueños

Científicos avanzan en las investigaciones para conocer porqué el amigo más fiel del humano, el perro, mueve la cola, ladra y brinca de felicidad

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Que un perro se tope con el olor de su dueño de cierta forma podría compararse con la reacción de una persona al perfume o colonia de un ser querido.

Lo anterior quiere decir que el olor de sus dueños activa las partes del cerebro de los perros asociadas con el placer, según los hallazgos de un nuevo estudio de imagenología cerebral.

Gregory Berns, neuroeconomista de la Universidad de Emory, en Atlanta, encabezó la investigación. Berns entrenó perros para que se sentaran quietos durante estudios de imagenología de resonancia magnética funcional (fMRI, por sus sigla en inglés), lo que permitió analizar la mente de los mejores amigos del hombre.

En comparación con la MRI, que solo toma imágenes del cerebro, la fMRI mide la actividad de las células nerviosas del cerebro.

Aunque la gente y los perros han estado relacionándose durante 40.000 años, los científicos aún tienen problemas para interpretar sus ladridos, meneos de cola y otros comportamientos.

“Empezamos el proyecto con los perros hace aproximadamente tres años para superar este problema; que realmente no sabemos qué están pensando los perros o qué están experimentando”, dice Berns, cuyo estudio apareció el 6 de marzo en la revista Behavioural Processes.

En el nuevo estudio, Berns y su equipo realizaron fMRI a 12 perros para probar su respuesta a olores biológicos.

Los investigadores encontraron que el núcleo caudado de los perros, un área del cerebro asociada con expectativas positivas, se activó más con el olor de la persona conocida. Esto sugiere no solo que los perros pueden discernir entre los humanos que conocen y tener expectativas positivas de ellos, sino también que el olor de los humanos perdura en la mente del animal.