Bebidas azucaradas suben riesgo de diabetes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Londres. EFE El consumo de refrescos azucarados se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, mal que se vincula a la obesidad y al estilo de vida, según un informe publicado en el Reino Unido.

Según este informe, liderado por la española Dora Romaguera-Bosch y publicado en la revista Diabetology , cada lata de refresco azucarado alza el riesgo relativo de diabetes tipo 2 en un 20%.

Para las personas que toman una lata de refresco al día, el riesgo es un 40 % mayor que para quienes consumen menos de una al mes.

Esta incidencia se registra al margen del peso del individuo, lo que indica que “la relación entre el consumo de refrescos con azúcar y la diabetes va más allá de la mera vinculación a la obesidad que ya sabemos que puede influir en la diabetes 2”, declaró la investigadora.

El equipo de Romaguera-Bosch, del Imperial College de Londres, hizo el estudio a partir de datos recopilados en un estudio paneuropeo sobre el cáncer.

Unas 350.000 personas de nueve países fueron entrevistadas. Las conclusiones confirman las ya alcanzadas por otros estudios, pero este ultimo cuenta con una muestra más amplia de población.

El efecto de los refrescos azucarados en la diabetes de tipo 2 –los que tienen edulcorantes no tienen esa incidencia– parece producirse al margen del peso de la persona.

“Como los refrescos con azúcar aportan energía pero no sacian, la persona come más y a la larga esto puede derivar en obesidad. Además, el azúcar de estas bebidas se asimila muy rápido y causa respuestas agudas de insulina, y estos golpes de azúcar pueden provocar a largo plazo una resistencia a la insulina”, explica la española.

“La recomendación es que es importante que la gente esté informada de estos efectos de los refrescos y que los consuma con moderación”, afirma Romaguera-Bosch.