Baja en consumo de frijoles preocupa a los nutricionistas

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En 1980, cada costarricense consumía 48 gramos (casi cinco cucharadas) de frijoles al día. Hoy, el consumo está en 25,85 gramos (poco más de 2,5 cucharadas).

Esta información, brindada por la nutricionista Larisa Páez, resulta preocupante, dado el valor nutricional del frijol.

“Las guías alimentarias de hoy recomiendan cinco cucharadas al día y estamos lejos de eso”, aseguró la especialista.

Hannia Campos, investigadora de la Universidad de Harvard, quien ha analizado el descenso del consumo de frijol, opina igual: “No se trata de no comer arroz. El arroz es necesario porque su proteína se complementa con la proteína de los frijoles. Lo recomendable es comer menos arroz y sustituir una cucharada de arroz por una o dos de frijoles. Esto es así porque algunos componentes del arroz podrían aumentar los niveles de azúcar en la sangre”, explicó Campos.

Para Rafael Monge, investigador del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud, el aumentar la ingesta de frijol es vital.

“La gente ve a los frijoles como un grano muy nutritivo, pero es necesario que su consumo aumente. Si siente que dura mucho tiempo cocinándolos, puede hacerlo el fin de semana, separarlos en bolsitas, congelarlos y cada día descongelarlos y calentarlos en el microondas antes de comerlos”, aseveró el investigador.

Los nutricionistas piden que un casado tenga 2,5 cucharadas de arroz y cinco de frijoles.

Según los especialistas, los frijoles son beneficiosos por las siguientes razones:

Protege el corazón: La fibra del grano ayuda a eliminar el colesterol del cuerpo, lo cual evita la formación de placas en arterias, que pueden desencadenar un infarto. Además, los frijoles contienen ácido fólico, hierro y magnesio, componentes relacionados con protección contra infartos.

Anticancerígeno: La fibra y antioxidantes llamados “flavonoides”, presentes en los frijoles, ayudan a una mejor digestión y a evitar lesiones cancerosas.

Contra hipertensión: El frijol es bajo en grasa y sodio (relacionados con la hipertensión), y alto en potasio, que ayuda a regular la presión arterial.

Antidiabético: Su alto contenido de fibra ayuda a digerir mejor los azúcares. Esto regula el nivel de glucosa e insulina en la sangre.