Mundo come más comida de la sana... y de la más dañina

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La alimentación del mundo tiene ahora más alimentos sanos en el menú de los que tenía en 1990... pero también sucede lo mismo con la comida “chatarra” o sin nutrientes que podría afectar la salud de quienes la ingieren con frecuencia.

Estas son parte de las conclusiones del estudio de consumo de alimentos saludables y dañinos publicado en la revista The Lancet Global Health .

“Para 2020, las proyecciones indican que las enfermedades crónicas serán las responsables del 75% de todas las muertes. Mejorar la dieta tiene un rol crucial para reducir este impacto”, comentó en un comunicado de prensa Fumiaki Imamura, coordinador de la investigación.

El reporte señala que las mujeres y las personas mayores tienen una mejor alimentación, por lo que es vital enfocarse en los hombres jóvenes, sin descuidar a las mujeres y personas mayores.

“La dieta del planeta varía sustancialmente según la edad y sexo de la persona y de los ingresos del país, y sus patrones son muy heterogéneos. El aumento en las comidas poco saludables sobrepasa el consumo de comidas sanas en la mayor parte de los países”, cita el reporte.

Contradicciones. Países con altos ingresos, como Estados Unidos y Canadá tienen mala alimentación debido a la cantidad de grasa que consumen.

Mientras tanto, países de ingresos muy bajos tienen una alimentación igual de mala, pero producto de su poca ingesta de frutas, verduras y fibra dietética. Los países de ingresos medios fueron quienes lograron más avances, mientras que lugares como China y Mali se quedaron estancados.

“Esto no tiene que ver con el dinero siempre, muchas veces esto es producto de las elecciones que realizan las personas”, aseveró Carlo la Vecchia, de la Universidad de Milán (Italia) en un comentario ligado al estudio.

De acuerdo con los autores del estudio, las acciones políticas son esenciales para ayudar a las personas a conseguir una dieta óptima, controlar la epidemia de obesidad y así reducir el impacto de las enfermedades no contagiosas en todo el planeta.

“Si los Gobiernos logran políticas públicas para mejorar la alimentación de las personas, se tendrán mejores resultados en términos de salud pública. La alimentación impacta no solo en el peso, también en el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión”, señala el documento.