Afectados por huracán Otto, albañil, agricultor y autodidactas son los mejores promedios de admisión en la UNA

Cuatro jóvenes compartieron la máxima calificación. Entre ellos está una muchacha que realizó el bachillerato por madurez, un estudiante que lo hizo a distancia y otro que proviene de un liceo rural

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Sergio Vargas Núñez recibió la noticia de estar dentro de los mejores promedios de admisión a la Unversidad Nacional (UNA) en medio de la emergencia que su pueblo, Bijagua de Upala, enfrentaba por el huracán Otto. Este joven obtuvo una nota casi perfecta de 892 puntos de 900 posibles.

"Mi casa no se vio afectada y mi familia está bien, pero ver al pueblo así de afectado uno ni se siente feliz, se alegra con la noticia, pero a medias. En la tragedia perdí a una profesora de Español a la que quería mucho y a una muchacha a la que conocía desde chiquitillo", comentó este joven de 18 años durante un homenaje que la UNA realizó la mañana de este viernes a 10 estudiantes con calificaciones destacadas en la prueba de admisión.

Sin embargo, por honrar a su pueblo, Upala, es que este muchacho está decidido a surgir. Por eso se trasladará a vivir a Heredia para dedicarse a su pasión: la Danza. Fue admitido en esta carrera tras realizar la prueba de aptitud académica y después haber sido seleccionado dentro de los 20 mejores aspirantes en la prueba de danza y movimiento, de 200 jóvenes que participaron.

"Desde chiquitillo me gustaba mucho el baile y el teatro. Estuve en grupos pero, por la lejanía, no había lugares donde prepararme. Cuando yo llegué a hacer la prueba me encontré con gente que llevaba seis o siete años en una academia, los que llevaban menos de tener clases más formales tenían dos o tres años... y yo, ¡nada! Sentía como si me hubieran mandado sin zapatos a caminar sobre calle caliente, pero ¡lo logré!", comentó el graduado del Liceo de Bijagua.

"Sé que podría estudiar otra cosa porque en Matemáticas siempre me fue muy bien, pero esa no es mi pasión. Yo a veces pienso en la gente que por un salario se pone a estudiar algo que no le gusta, ¿y qué hacen con ese don que tienen? debe ser muy triste", añadió.

Vargas no es el único vecino de Bijagua de Upala con una calificación destacada. María Fernanda Villalobos Barboza, graduada del Liceo de Bijagua, también figuró en la lista. Ella se inclina por estudiar Economía.

"Es muy duro todo lo que se vive en la zona, pero uno tiene que seguir adelante", comentó.

Pasión por la ecología. Éricka Guillén Jiménez, es otro caso sobresaliente. Ella obtuvo una puntuación casi perfecta de 892.

La joven es vecina de la zona indígena de Limoncito de Coto Brus y se graduó del liceo rural La Casona. Su papá y su tío tienen una finca, por lo que desde pequeña sembró diferentes cultivos, ordeñó vacas y hasta hizo queso. Su sueño es convertirse en ingeniera forestal para proteger el medio ambiente.

"Voy a dejar un lugar de aire puro y ríos limpios para venirme a vivir a un sitio ruidoso y donde el aire no es tan puro, pero lo hago para que mi pueblo nunca deje de tener todo lo que posee; con mi trabajo voy a aportar", manifestó la joven.

Para ella, el respaldo de su familia ha sido vital.

"Me decían que no le tuviera miedo al examen y ahora me apoyan para que comience mi carrera y la termine", afirmó la joven de 18 años.

Justo al lado de Éricka se sentó Chelsea Alfaro Soto, del Liceo Experimental Bilingüe de Turrialba. El sueño de esta otra jovencita es comprender los secretos del comportamiento humano y por eso eligió Psicología. Logrará entrar a esa carrera con los 884 puntos que obtuvo en la prueba de admisión.

"Me han hablado muy bien del programa de esta universidad, por eso no dudé en escogerla", aseguró.

Amor por el inglés. El caso de José Antonio Solís, de 22 años, también inspiró a muchos durante el homenaje de este viernes. Él ha sido cajero de supermercado, mesero, guía turístico, bartender y ahora es albañil, casi todo eso gracias a que sabe hablar inglés. Por su interés de ayudar a otros, contó que se dedicará a la enseñanza de este idioma.

"El inglés siempre me gustó muchísimo, es una gran herramienta que puede abrir muchas puertas. Si a mí me las abrió, quiero ayudar a que otras personas también tengan oportunidades", afirmó este vecino de Puerto Lindo de Puerto Jiménez de Osa.

José Antonio sacó el bachillerato por madurez y obtuvo 881 puntos en su prueba de admisión. Es hijo de una trabajadora doméstica y es el mayor de cuatro hermanos de 17, 10 y 5 años.

"Durante un tiempo yo estuve sin empleo, y, como mi mamá siempre ha trabajado, yo tuve que hacerme cargo de la casa y cuidar a mi hermana, que tuvo cáncer", añadió.

La nota máxima. En esta oportunidad, cuatro jóvenes consiguieron la calificación más alta a la prueba de admisión de la UNA: un 900.

Una de ellas es María Paula Salas González, quien se califica como autodidacta, pues no necesitó de un colegio para entrar a la Universidad. Esta vecina de Mercedes Norte de Heredia sacó su bachilerato por madurez y desea convertirse en química industrial.

"Todo está en el esfuerzo que le ponga uno al estudio", manifestó.

Ana Lucía Piedra Pacheco, del Liceo Franco Costarricense y vecina de Turrúcares de Alajuela, también obtuvo 900 puntos y con eso ya tiene su puesto asegurado en la carrera de Psicología. De esta forma busca explorar el cerebro humano.

Steven Cordero Zúñiga también alcanzó la nota máxima. Él es alumno del liceo rural Río Nuevo de Pérez Zeledón. Es hijo de un agricultor y constantemente le ayuda a su papá con la recolección de café. Gracias a una beca que obtuvo se preparó para el examen en un instituto privado. Desea estudiar Economía.

"Cuando vi la nota que obtuve me sorprendí, hasta creí que se trataba de un error, porque el examen no lo había sentido tan fácil", señaló el joven.

Economía también es la carrera escogida por Mauricio Morales Chacón, para quien el hecho de realizar el bachillerato a distancia no le impidió obtener los 900 puntos de la prueba. Este vecino de Pavas obtuvo su título en el instituto Ibasa.

Morales no fue el único homenajeado que consiguió su bachillerato a distancia. Fiorella Fernández Calderón, quien logró 892 puntos, también lo hizo así. Esta vecina de Moravia, hija de una conserje y de un oficial de tránsito, quiere estudiar Biología.

Estudiantes galardonados

María Paula Salas González. 900 puntos. Bachillerato por madurez. Estudiará Química Industrial.

Mauricio Morales Chacón. 900 puntos. Instituto Ibasa, bachillerato a distancia. Estudiará Economía.

Ana Lucía Piedra Pacheco. 900 puntos. Liceo Franco Costarricense. Estudiará Psicología.

Steven Cordero Zúñiga. 900 puntos. Liceo Rural Río Nuevo de Pérez Zeledón. Estudiará Economía.

Éricka Guillén Jiménez. 892 puntos. Liceo Rural La Casona. Estudiará Ingeniería Forestal.

Fiorella Fernández Calderón. 892 puntos. Bachillerato a distancia. Estudiará Biología.

Sergio Vargas Núñez. 892 puntos. Liceo de Bijagua. Estudiará Danza

Chelsea Alfaro Soto. 884 puntos. Liceo Experimental Bilingüe de Turrialba. Estudiará Psicología.

José Alonso Solís. 881 puntos. Bachillerato por madurez. Estudiará Enseñanza del Inglés

María Fernanda Villalobos Barboza. 863 puntos. Liceo de Bijagua. Estudiará Economía.