80 bebés nacen al año con daños en Costa Rica porque madre tomó licor

Secuelas incluyen más de 400 males, como microcefalia y defectos cardíacos

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“Es mejor no arriesgarse. Si usted está embarazada, no tome alcohol. Incluso, una sola copa de vino podría producir alteraciones cognitivas en el bebé”. Así de categórico fue el perinatólogo –especialista en embarazos de alto riesgo y primeros días de vida– Eugenio Calderón, al advertir de que no se debe consumir licor en el periodo de gestación.

A pesar de esto, cada año nacen unos 80 bebés ticos con el Síndrome Alcohólico Fetal (FAS, por sus siglas en inglés), esto representa 12,3 bebés por cada 10.000 nacidos.

Un estudio en el que participaron 112 países, publicado en la revista médica The Lancet, también señaló que en Costa Rica, un 8,3% de las mujeres admiten que tomaron algo de licor durante la gestación.

Los problemas que se generan por esta práctica dependen de muchos factores, por ejemplo, de la estatura y el peso de madre y bebé, y de la propia genética que determina cómo se metaboliza el alcohol. “Por eso, no podemos jugarnos el chance”, insistió Calderón.

¿Cómo ocurre el FAS? Según explicó este médico, el alcohol atraviesa la placenta y el feto recibe el líquido de manera casi directa.

“Mucho de lo que la mujer come o toma pasa por un proceso digestivo y hormonal en donde lo que llega al feto ya está más procesado y menos puro, pero esto no sucede con el licor, que llega en su totalidad al bebé”, explicó el especialista.

Consecuencias

No todos los bebés presentan FAS de la misma forma y al mismo nivel, pero sí hay características físicas comunes en estos niños.

Calderón y la ginecóloga Lucía Sandoval enumeran algunas de ellas: microcefalia, el mentón no se desarrolla, la nariz es achatada, hay implantación baja de las orejas, ojos muy pequeños y alteraciones en las palmas de las manos.

Pero los mayores daños son las posibles malformaciones cardíacas y otros problemas del corazón, así como restricción del crecimiento intrauterino.

Además, en el largo plazo podrían darse alteraciones neurológicas, como disminución del coeficiente intelectual, retardo mental y algunas características de autismo.

Las posibilidades

No toda mujer que toma durante el embarazo tiene un hijo que desarrolla FAS. El estudio en The Lancet habla de una posibilidad de 1 en 67. Sin embargo, investigaciones anteriores sí han determinado que cuanto más licor se tome, las posibilidades de FAS son mayores. El riesgo también sube si se consume alcohol durante el primer trimestre de la gestación, aunque no sea en pocas cantidades.

“El mal se ha asociado con las heavy drinkers (que toman todos los días al menos tres onzas de alcohol), pero no solo los hijos de ellas están en riesgo. Aún no se ha determinado una dosis-efecto y lo mejor es evitar el licor”, afirmó Sandoval.

Calderón va más allá y asegura que es mejor abstenerse de consumir cierto tipo de jarabes que puedan contener alcohol.

“Incluso, hay algunos tipos de homeopatía líquida que pueden tener alcohol y por eso es preferible consultar al médico”, dijo el especialista.

Para Sandoval, hay preguntas clave para saber si se tiene un problema con el licor desde antes de quedar encinta: cuando se levanta, ¿tiene deseos de ingerir licor?, ¿alguien le ha dicho que está preocupado porque ve que usted toma mucho?, ¿cuánto alcohol necesita para funcionar? Si está consciente del problema, será más fácil tratarlo antes y así evitar el FAS.

Alcohol debe eliminarse también en la lactancia

El periodo restrictivo para ingerir bebidas alcohólicas no vence cuando su bebé nace. Si usted desea darle de mamar, lo más recomendable es que continúe con la abstinencia de licor, especialmente durante los primeros seis meses, en los que se recomienda que la leche materna sea el único alimento que el menor reciba.

“El alcohol también ‘pasa directo’ a la leche. Si una mujer bebe licor, le estaría dando un coctel a su bebé y esto también podría perjudicar su salud y su desarrollo”, aseveró el perinatólogo Eugenio Calderón.

La ginecóloga Lucía Sandoval añade: “No hay dosis que pueda llamarse segura y que no pueda afectar al bebé”.

Noción internacional

La Asociación Británica de Pediatría insiste en que lo mejor es no tomar del todo, pero que sí se puede tener un consumo ocasional leve.

Eso sí, el documento es claro y advierte de que las madres deben esperar entre dos y dos horas y media para volver a dar de mamar si tomaron una copa de vino, una lata de cerveza o una medida de licor destilado, pues así se evitará mayormente que el licor pase a la leche materna que recibe el lactante.

El consumo regular de licor durante la lactancia puede causar retraso en el desarrollo psicomotor del menor, comportamientos iracundos y antisociales, y problemas en la absorción de nutrientes.