Tumba vuelve a la vida luego de una restauración ‘in situ’

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Protegidos solamente con un toldo de plástico y envueltos en el vaho hirviente característico de Palmar de Osa, los restauradores Ana Eduarte, Alfredo Duncan y Glenda Medina, retrocedieron unos 1.200 años en el tiempo para ponerse en el lugar de los obreros precolombinos que construyeron las estructuras del sitio arqueológico Batambal.

Como parte de un ambicioso programa de restauración de sitios arqueológicos que desarrolla el Museo Nacional, un equipo de expertos trabaja en la reconstrucción de una estructura rectangular diseñada para funcionar como una tumba, aunque, aparentemente nunca se usó con ese fin.

La estructura es una especie de “cama” de piedra construida en tres niveles con piedras de río unidad entre sí con tierra.

“El sitio arqueológico Batambal tuvo dos ocupaciones en diferentes periodos: del 300 a. C. al 800 d. C. funcionó ahí una aldea y del 800 d. C. al 1.500 d. C. tuvo un uso ceremonial. La estructura en reconstrucción data de ese periodo y tiene un diseño que corresponde a un uso funerario; sin embargo, no se han hallado restos humanos ni objetos ceremoniales asociados”, destacó el arqueólogo Francisco Corrales.

Esto hace suponer a los expertos que fue construida para tal fin, pero nunca se utilizó.

La restauradora Ana Eduarte declaró que el proceso de reconstrucción es totalmente artesanal y apegado al sistema constructivo desarrollado por nuestros antepasados. “A partir de la investigación realizada por los arqueólogos se pudo trazar un modelo de la estructura a partir del cual estamos trabajando. Debemos tomar cada piedra y colocarla en hileras según el patrón original”, explicó Eduarte. Tal y como lo hicieron los indígenas, cada una de las piedras es seleccionada según su tamaño y forma para lograr un efecto estético y además garantizar la estabilidad. “Es una estructura en tres niveles. Las piedras de los dos niveles superiores se colocan en dirección contraria de la capa que sirve de base. Para lograr ‘amarrar’ las piedras es necesario apisonar la tierra arcillosa con herramientas rústicas hasta que quede compacta. Cuando se tiene el armazón se coloca una última ‘alfombra’ de piedras como su fuera un piso” explicó el restaurador Alfredo Duncan. Las piedras de las orillas tienen forma de pétalos y su escogencia no fue al azar.