Manos inescrupulosas la sacaron de su hábitat, y ahora el Departamento de Vida Silvestre del MIRENEM trata de devolver a Tita, una lapa roja de dos meses, a su entorno natural.
Tita fue decomisada el pasado viernes en Buenos Aires de Puntarenas por el inspector Alejandro Moya, quien la remitió a Vida Silvestre.
En esa dependencia le tomaron cariño al pichón, lo bautizaron y lo mantuvieron hasta ayer, cuando fue entregado a la Fundación Iguana Verde en Orotina, la cual tratará de reinsertarla en el bosque.
"No sabemos si tendremos éxito, pues es un ave muy pequeña. Algunas personas no comprenden que esta especie, al igual que otras 239, están en peligro de extinción y no deben sacarse del ambiente", afirmó Joaquín Calvo, biólogo de Vida Silvestre.
El abogado de ese departamento, Antonio Darcia, explicó que, de acuerdo con la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, se castiga con una multa de 50.000 a 100.000 colones la "tenencia, comercialización, extracción, caza o pesca de flora y fauna en extinción".
No obstante, el trasiego de esta especies es inmenso y difícil de detectar pues no se dispone de los controles necesarios.
Maribel Solano, funcionaria de Vida Silvestre, agregó que en la actualidad esa oficina tiene en decomiso un tucán y una boa.
"El tucán apareció en Zapote y está totalmente domesticado. Lo vamos a soltar en una finca en Guápiles para ver si se adapta. La culebra, encontrada en una casa de Tibás, pensamos dejarla libre en la finca El Rodeo, en Ciudad Colón."