Su travesía comenzó en el puente de la frontera con Panamá en Sixaola, Limón, y concluyó en el Parque Nacional Santa Rosa, en Guanacaste.
Durante once días, el senderista de alta montaña Giovanni Rodríguez realizó una caminata de 605 kilómetros con la intención de concientizar a los costarricenses sobre la importancia de cuidar el agua.
Rodríguez, quien también es activista ambiental y máster en Ingeniería Industrial, con énfasis en Gestión Ambiental, logró completar, este sábado, su recorrido de frontera a frontera, con una mezcla de cansancio y enorme satisfacción.
“Lo más gratificante fue conocer personas que realmente quieren hacer un cambio, pero también hemos visto como otras personas no tienen ese derecho al agua potable, y esto nos motiva más a seguir luchando”, aseguró el senderista.
De hecho, muchas personas lo acompañaron en distintos tramos del recorrido, entre ellos estudiantes, docentes y dirigentes comunales, para darle aliento y sumarse a su causa.
“El reto trasciende lo deportivo. Se pretende generar un movimiento informativo y de sensibilización ambiental, que despierte el interés de todos los costarricenses sobre la importancia que tiene el agua, su uso eficiente y cómo podemos preservarla”, aseguró Rodríguez
Los retos. Costa Rica no cuenta con la infraestructura y la gestión ideal para que el agua llegue a las poblaciones con la cantidad y calidad deseada.
Según Yamileth Astorga, presidenta ejecutiva del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), los principales retos del país se relacionan con la pérdida de fuentes hídricas, debido la falta de planificación territorial y al irrespeto a las áreas de protección.
Además, no se ha logrado una administración correcta para contrarrestar la ingobernabilidad que existe en cuanto al uso del recurso hídrico.
“La situación de algunas comunidades es resultado de varios factores. De forma directa, nos afecta la variabilidad climática y, a nivel macro, el cambio climático. A esto se suma la necesidad de medidas de adaptación en cultivo, ganadería y desarrollo inmobiliario”, señaló la jerarca.
“Está claro que la naturaleza no puede adaptarse al ser humano. Somos nosotros los que debemos adaptarnos y hacer un uso responsable de los recursos. Por eso, este reto es una oportunidad para hacer una reflexión país. Instamos a toda la población a unirse a esta travesía de concientización”, añadió.
Tanto Rodríguez como Astorga fueron enfáticos al señalar que cada costarricense tiene una responsabilidad grande y que debe decidirse a hacer un uso racional del líquido y a no desperdiciarlo.
Entre las medidas que se pueden adoptar para reducir el desperdicio de agua, figuran: cerrar el tubo a la hora de lavar los platos, de lavarse las manos o los dientes, así como lavar el carro con un balde con agua, en lugar de una manguera abierta.