Nueve de los más de 20 parques nacionales que debieron cerrar sus puertas como medida de protección para el personal y los turistas, ante los estragos causados por la tormenta Nate, retomaron operaciones este sábado.
En la zona del Caribe, se reintegraron a sus labores el Refugio de Vida Silvestre Barra del Colorado, el Parque Nacional Tortuguero, el Parque Nacional Cahuita y el Refugio de Vida Dilvestre Gandoca-Manzanillo.
En el Pacífico central, por su parte, también abrieron al público el Parque Nacional Carara y el Refugio de Vida Dilvestre Playa Hermosa.
En el Valle Central lo hicieron los parques nacionales Braulio Carrillo y Volcán Irazú (Cartago), así como el Parque Nacional Guayabo (Turrialba), en la Cordillera Volcánica Central.
Todavía se mantienen cerradas más de 10 áreas silvestres protegidas, tras la interrupción de operaciones el pasado jueves 5 de octubre, cuando la tormenta tropical afectó con más fuerza al país.
La medida de cerrar estos lugares la tomó el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), debido a que las rutas de acceso a dichos sitios estaban bloqueadas producto de derrumbes en las vías.
Asimismo, algunos de los caminos internos de estos centros turísticos tampoco se encontraban en buen estado.
En los parques que todavía están aislados, el Sinac realiza labores de mantenimiento, limpieza de caminos y senderos, con el fin de restablecer servicios básicos como electricidad y agua.
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La entidad todavía no cuenta con un estimados de los daños, pues en muchos de estos lugares no ha sido posible el ingreso de guardaparques, debido al deterioro en que quedaron tras la tormenta.
"Continuaremos realizando trabajos de valoración en todos los parques nacionales con el fin de reabrir al público lo más pronto posible. Sin embargo, no reabriremos los parques hasta estar totalmente seguros de que no representan ningún peligro para las personas que nos visitan", expresó en un comunicado Mario Coto, director del Sinac.
Guardaparques llevan ayuda
Los funcionarios del Sinac, principalmente guardaparques, quienes laboran en las áreas protegidas afectadas, se han puesto la camiseta de la colaboración.
Así lo confirmó Coto, quien dijo sentirse muy orgulloso del personal que tiene a cargo, pues "han trabajado día y noche" para llevar ayuda a los vecinos de las comunidades aledañas a estos destinos turísticos, así como a otros sitios más alejados de los centros poblacionales.
La asistencia se ha hecho efectiva de distintas formas. Algunos han colaborado con los cuerpos de emergencia en el rescate de personas atrapadas; unos han puesto sus herramientas de trabajo al servicio de los afectados, mientras que otros han entregado víveres e hidratación.
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"Los vehículos para la atención de incendios forestales se han utilizado para almacenar agua potable y llevarla a esas comunidades", explicó el director del Sinac.
Para Coto, en estas labores ha sido indispensable el conocimiento de campo de los funcionarios, quienes a diario vigilan las áreas de conservación que fueron golpeadas por la tormenta.
Adicionalmente, el Sinac ha habilitado dos albergues. Uno está en la Reserva Biológica Lomas Barbudal, en Bagaces, Guanacaste, donde se refugian unas 30 personas. El otro se ubica en Villa Mills, dentro del Parque Nacional Macizo de la Muerte-Tapantí, en el cerro de la Muerte, que hospeda a alrededor de 50 personas.