'Niebla' un felino silvestre que corrió hacia su libertad

Animal de diez meses vive ahora en las montañas de Fortuna, San Carlos

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Este martes 2 de diciembre del 2014, a las 10:05 a. m., un caucel hembra, llamada Niebla, fue puesto en libertad.

Cuando le abrieron la jaula, se quedó inmóvil durante algunos segundos, pero, finalmente, se lanzó hacia las montañas, en la Fortuna de San Carlos, donde volverá a trepar a los árboles – costumbre característica de la especie– y podrá moverse a sus anchas.

“Es como si se los tragara la montaña. En un momento, están ahí y, de repente, al sentir la libertad, salen corriendo”, comenta la bióloga Esther Pomareda sobre el comportamiento de los cauceles.

Pomareda y el resto del equipo del Centro de Rescate Las Pumas, ubicado en Cañas, Guanacaste, se encargaron de la crianza y la rehabilitación de Niebla, proceso necesario antes de devolverle la libertad.

El animal permanecía en una finca ganadera, ubicada en Zarcero de Alajuela, de donde fue rescatado en marzo y llevado luego al refugio.

“Era una cachorrita y fue encontrada en una madriguera en un tronco. Lamentablemente, hubo manipulación humana y suponemos que, por esa razón, la madre no regresó a buscarla”, explica la veterinaria regente de Las Pumas, Martha Cordero.

Empezar de cero. El caucel ( Leopardus wiedii ) es una de las seis especies de felinos silvestres que habitan en Costa Rica. Todas ellas están en extinción.

Según la veterinaria, Niebla tenía cerca de un mes de nacida cuando ingresó al centro; por tanto, la atención se enfocó en darle cuidados especiales por su edad.

“Luego de la valoración, determinamos que el animal estaba bien de salud. Por tratarse de un cachorro, lo más importante fue proporcionarle la alimentación adecuada.

” Estos animales tienen requerimientos nutricionales muy estrictos; no deben alimentarse con cualquier cosa”, detalló Cordero.

Así, durante sus primeros meses, a Niebla no le faltaron biberón de leche enriquecida con vitaminas y minerales. Después, poco a poco, recibió alimentos sólidos, como carne y pollo.

Es interesante porque el mismo animal nos ‘dice’ cuando se siente preparado para comer carne. Si se le dan estos alimentos antes de tiempo, él los rechaza”, agregó la doctora.

Pasada la etapa de crianza asistida, la caucel pasó a la siguiente: la preliberación.

La felina fue trasladada a una jaula grande y quedó aislada en la montaña, a fin de que empezara a desapegarse del ser humano y se hiciera independiente.

El objetivo fue que aprendiera a desarrollar habilidades de supervivencia, como la caza, por ejemplo.

Al llegar a los 10 meses de vida, Niebla estuvo lista para regresar a su hábitat. Antes de dejar la jaula, había desayunado 200 gramos de carne: su última comida facilitada por humanos, porque, de ahora en adelante, debe procurarse sus propios alimentos.

El caucel es un felino nocturno y arborícola (vive en los árboles). Tiene la capacidad de rotar la muñeca hasta 180 grados para agarrarse de los troncos, destreza que lo convierte en un excelente trepador, explica Pomareda.

La especie está dotada de una cola casi del mismo largo del cuerpo, y esto les permite un mejor equilibrio, agrega la experta.

En el sitio de liberación, se instalaron 11 cámaras en un área de 235 hectáreas para vigilar el comportamiento de la felina.

Esas cámaras fueron colocadas en octubre pasado y permanecerán ahí durante ocho meses.

Además se lograron capturar imágenes de otros animales como tepezcuintles, saínos, armadillos y mapaches que forman parte de el ecosistema al cual se integrará Niebla.

La liberación se realizó en coordinación con el Programa de Vida Silvestre del Área de Conservación Arenal Huetar Norte.