De 8:30 p. m. a 9 p. m. de este sábado, las luces de miles de hogares costarricenses se apagaron para darle un respiro al planeta y hacer conciencia sobre el cambio climático.
Este año, el ahorro de energía y la participación de los ticos en el apagón fue un 25% mayor con respecto al 2014.
Salvador López, director del Centro de Control de Energía del ICE, informó en un comunicado de prensa que durante la hora en la que se invitó a la población a apagar sus luces se percibió un ahorro de 40 megavatios en el consumo de energía. Esto equivale a la participación de 100.000 familias durante la llamada Hora del Planeta.
El ahorro obtenido es igual a que se apagaran 800.000 bombillos de 50 vatios por una hora.
“El apagón es un acto simbólico en el que se busca que individuos, empresas y Gobiernos reflexionen y decidan emprender acciones para mitigar los efectos que estamos ocasionando al ambiente. La respuesta que recibimos este año en Costa Rica fue significativa y confiamos en que el impacto se prolongue en el tiempo”, manifestó José Molina, director de la Hora del Planeta para Costa Rica.
No solo los hogares se sumaron a esta iniciativa. Edificios emblemáticos como la basílica de los Ángeles, el Instituto Nacional de Seguros, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Museo de los Niños, la Asamblea Legislativa, el Museo de Jade, municipalidades y el Teatro Melico Salazar, se quedaron a oscuras esos 60 minutos.
En el mundo. Más de 10.000 ciudades de 172 países también apagaron las luces en sus monumentos más emblemáticos.
Grandes urbes desde Australia hasta Estados Unidos o pequeños poblados como las Islas Cook en el Pacífico respondieron a la llamada de atención cursada por la organización ecologista Fondo Mundial para la Naturaleza y durante una hora sumieron en la oscuridad sus hogares, edificios públicos y monumentos.