Ciudad de México, México
De forma unánime, los legisladores se comprometieron a impulsar una nueva generación de acuerdos que obligue a los países a incorporar a las leyes nacionales aquellos compromisos que se asumirían en la XXI Cumbre sobre Cambio Climático, a realizarse en el 2015 en la ciudad de París. Allí se negociará el sustituto al Protocolo de Kioto.
La Resolución de Legisladores fue respaldada por 400 diputados de 80 países, quienes participaron de la Cumbre Mundial de Legisladores (WSL2014) que tuvo lugar este fin de semana en México.
Para Lord Deben, presidente honorario de la Iniciativa Globe y exsecretario de Estado del Reino Unido para el Medio Ambiente, el avance en la legislación nacional de los países ayudará a preparar el terreno frente al nuevo escenario mundial que incluirá nuevas metas de cambio climático y desarrollo sostenible, una vez los Objetivos del Milenio lleguen a su fin en 2015.
"No es una exageración decir que la revolución limpia que necesitamos está siendo llevada a cabo por estas leyes. Las leyes domésticas son cruciales porque sirven de enlace entre la actividad sobre el terreno y el acuerdo internacional. A nivel nacional, queda claro que cuando un país implementa políticas de energía limpia, las inversiones no tardan en llegar.
A nivel internacional, queda igualmente claro que la legislación doméstica abre el debate político a posibles acuerdos internacionales y facilita el nivel general de ambición", destacó Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco sobre Cambio Climático, en un comunicado.
Naciones Unidas y el Banco Mundial, a través de la Alianza para las Leyes, apoyarán a los diputados en la elaboración e implementación de legislación sobre cambio climático y cuentas de capital natural.
"Este 2014 es el año en que debemos intensificar la acción climática. Los legisladores tienen un papel clave que jugar a la hora de acrecentar la ambición política, asegurando que existan leyes y normativas efectivas para ayudar al desarrollo bajo en carbono y con capacidad de recuperación", manifestó Rachel Kyte, vicepresidente de cambio climático del Banco Mundial.