Con un 25% del territorio costarricense bajo el sistema de áreas protegidas, ¿cuál es el siguiente paso que el país debería dar, para continuar siendo referente en el tema de la conservación?
La respuesta a esta interrogante podría encontrarse en un sitio, que no en vano, es considerado por los ticos como una de las siete maravillas naturales de Costa Rica: Monteverde.
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Es en este distrito del cantón central de Puntarenas, donde se ubica la Reserva Biológica Bosque Nuboso Monteverde, la cual tiene en marcha un ambicioso proyecto que busca elevar en Costa Rica y Centroamérica, los estándares para el manejo de las áreas protegidas.
La Reserva, creada en 1972 y administrada en la actualidad por el Centro Científico Tropical (CCT), inició el pasado 25 de marzo un riguroso proceso con el que espera ingresar a la Lista Verde de Áreas Protegidas y Conservadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
El listado lo componen 39 sitios provenientes de 14 países. México, Colombia y Perú son los únicos representantes de todo el continente americano.
¿Qué hace tan especial a Monteverde para estar en esta lista? Muchas son sus características. Por ejemplo, la reserva se compone de 4.025 hectáreas de extensión, pero solamente el 3% de su territorio está abierto a la visitación, el resto está bajo estricta protección. Además, es hogar de 100 especies de mamíferos, 400 tipos de aves, de 120 anfibios y reptiles, decenas de miles de insectos y 3.000 especies de plantas.
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Reconocimiento e impacto
Si Monteverde logra su cometido, será el primer representante de la región centroamericana, así como la primera y única área protegida privada en integrar el registro.
La inclusión de la reserva también podría tener un efecto a lo interno de Costa Rica, de acuerdo con Bernal Herrera, asesor de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN para la Lista Verde.
“Para que otras áreas protegidas del país, privadas o públicas, se matriculen, y quieran lograr ese estándar”, señaló.
La reserva tica también podría convertirse en un centro de aprendizaje, al que puedan visitar personas de otras áreas protegidas para aprender cómo Monteverde vivió y diseñó el proceso para ser aceptada en esa renombrada lista.
“Puede complementar estrategias de mercadeo y posicionamiento de la marca país, porque vamos a tener un área protegida, que efectivamente tiene unos estándares de los mejores a nivel mundial y mucha gente va a querer venir a ver eso”, expresó el experto.
¿Qué es la Lista Verde?
Para el asesor de la UICEN, ser parte de este catálogo envía un mensaje claro al resto de naciones: “cumplo con los más altos criterios de manejo de áreas protegidas a nivel mundial”.
Pero, ¿qué es la Lista Verde? Se trata de un estándar global, basado en una serie de criterios para el buen manejo de las áreas protegidas, que fueron definidos por expertos y científicos internacionales.
Estos requisitos, a su vez, se desarrollaron a partir de cuatro grandes aspectos: gobernanza, diseño y planificación del área protegida, efectividad de manejo y resultados de conservación.
Los lineamientos señalados anteriormente, contemplan distintas aristas, como reglas claras de cómo las personas participan, resuelven los conflictos y se distribuyen el poder. También involucra la reducción de amenazas, como el cambio climático y la cacería.
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Asimismo, contempla la capacidad para gestionar el área: “si no tenemos personal, si no tenemos recursos, si no tenemos carros; no podemos controlar esas amenazas, por lo tanto, van a hacer desaparecer la biodiversidad”, explicó Herrera.
A partir de estos cuatro componentes, se crean una serie de indicadores que permiten evaluar el desempeño de las áreas protegidas y así determinar si cumplen con los elementos necesarios para su ingreso a la Lista o si es necesario hacer mejoras.
Expertos evaluarán Monteverde
Ingresar a la Lista Verde conlleva un gran compromiso, según reconoce Carlos Hernández, gerente de la Reserva Monteverde.
En marzo del año pasado, esta área privada envió una carta a la UICN demostrando su interés. Un año después vino el siguiente paso: el establecimiento de un grupo de expertos nacionales, que son los encargados de liderar el proceso de evaluación.
Este equipo tiene la principal responsabilidad de tomar el estándar global y adaptarlo a las condiciones de cada realidad, como por ejemplo, el hecho de que Monteverde sea una reserva privada y no un área protegida a cargo del Estado, como el resto de integrantes.
El estándar adaptado posteriormente será revisado por un comité internacional de expertos de la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN, quienes dirán si están de acuerdo o no, con lo hecho.
Si recibe el visto bueno, se procede a la aplicación del instrumento en el terreno; este proceso puede tardar unos seis meses.
El equipo hace un informe que es analizado por otro panel internacional, el cual es el que finalmente acepta o no la evaluación y por lo tanto, si Monteverde pasa a ser parte del registro.
“Si pasa directo a la Lista Verde eso es fantástico, pero eso no sucede, siempre hay aspectos por mejorar”, indicó Herrera.
“Entonces, se le da un plazo (de 5 años) al área protegida, con un plan de trabajo para mejorar esos aspectos de la evaluación que se hizo”, añadió.
Un nuevo reporte se produce y es estudiado por otro grupo, para ver si finalmente se acepta la inclusión, lo que a criterio del administrador de la reserva, también traería beneficios para la zona.
“Todo lo que es la economía de la región, está en función de la Reserva Monteverde, entonces lograr que esté dentro la Lista Verde, va a favorecer indudablemente a la comunidad”, aseguró Hernández.