Extraer conchas, piedras y caracoles de la playa es ilegal y atenta contra ecosistemas

Autoridades del MINAE y especialistas piden a los turistas dejar estos objetos donde los encontraron

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ir de paseo a la playa en esta época nos encuentra con parte de la naturaleza del lugar que, por su belleza, quisiéramos tener siempre cerca: conchas, rocas, caracoles y otras elementos del ecosistema son bellos, fáciles de tomar y, para muchos, constituyen parte de la decoración de los hogares.

Sin embargo, hacer esto no solo es cometer tráfico ilegal, también puede poner en riesgo los ecosistemas marinos y de playa. El Sistema Nacional de Áreas de Conservación del Ministerio de Ambiente y Energía (Sinac- Minae) recuerda a las personas que la naturaleza de las playas está para admirarse, pero sus componentes no deben extraerse de su hábitat natural pues no son souvenirs.

“Las conchas forman parte del delicado equilibrio que forman las redes entre los cientos de organismos que pueden convivir en una misma playa. Aquella concha que te parece tan preciosa podría llegar a ser un buen hogar para un cangrejo ermitaño o para que un alga se fije. Lo mejor que puede hacer un turista que visita las playas, tanto dentro o fuera de las áreas silvestres protegidas, es tomarle una fotografía, llevándose un recuerdo, sin quitarle la oportunidad de usarla a otros seres vivos”, manifestó Rafael Gutiérrez Rojas, director ejecutivo del Sinac.

Jenny Asch, coordinadora del Programa Marino Costero del Sinac, complementó: “el aumento del turismo y la disminución de las conchas de mar tiene como resultado múltiples cambios del entorno, aumento de la erosión en las playas, cambios en el reciclaje de carbonato de calcio y una baja en la biodiversidad y abundancia de organismos, que dependen de la disponibilidad de conchas y otros materiales. Por ello, debemos sensibilizar a la población que visita nuestras costas marinas a evitar estas malas prácticas de sustraer conchas, coral, piedras y otros recursos marinos como recuerdos del destino visitado”.

Parte invaluable del ecosistema

Cada concha, coral o piedra que vemos en la playa es necesaria en ese entorno. Gutiérrez explicó que los ecosistemas de playa son una parte fundamental de un bioma mucho mayor, los océanos. Las playas además son clave para la termorregulación del planeta e influyen sobre el clima global.

Las conchas y el coral proporcionan carbonato de calcio que permite mantener estables los ecosistemas, aportando nutrientes para algunos animales y plantas. Además, las conchas ayudan no solo a controlar la erosión de las playas, sino también es el material primario de las playas de arena blanca, además permite que algunas algas, plantas, esponjas marinas y otras especies, se adhieran a estas.

También, son utilizadas como casa y protección de algunas especies marinas, especialmente las conchas con forma espiral, esenciales para los cangrejos ermitaños entre otros. Otro beneficio que dan es que son un buen material para los nidos de las aves marinas y muchos peces las usan para refugiarse y despistar a los depredadores. Asimismo, con el paso del tiempo y la erosión, llegarán a formar las playas del futuro.

“Las playas son ecosistemas en un proceso constante de destrucción, pero también de construcción. Las olas y las mareas destruyen las playas y, a su vez, traen sedimentos y restos orgánicos para reconstruirlas. En resumen, es un ecosistema muy dinámico, con mucha energía, que está en un cambio constante y es muy resiliente”, afirmó Gutiérrez.

“No obstante, las acciones humanas causan muchos desequilibrios en los ecosistemas costeros. La recolección de conchas y otros materiales es parte de esta afectación humana”, agregó.

Asch añadió: “quienes visiten nuestras costas deben comprender que al llevarse una concha o un pedacito de coral están alterando los procesos ecológicos que aseguran el mantenimiento de la vida marina, de la cual depende el bienestar del ser humano”.

Decomisos y sanciones

Solo durante 2021 se decomisó más de una tonelada de conchas a turistas extranjeros en el Aeropuerto Internacional Juan Santamaría. Quienes incurran en esta práctica pueden ser sancionados hasta con 30 salarios base.

En el pasado, gran parte del material decomisado fue destruido ya que se desconocía el sitio de su procedencia o el manejo al que fueron expuestas las conchas antes de ser decomisadas. Actualmente el Sinac se encuentra investigando otras alternativas de disposición en conjunto con algunas universidades públicas.

Estudios realizados por la Universidad de Costa Rica (UCR) estiman que, en el 2020, el Parque Marino del Pacífico registró el ingreso de hasta 10 toneladas de conchas, caracoles, corales, estrellas de mar y otros recursos marinos producto de decomisos.