Basura de relleno sanitario es aprovechada para la fabricación industrial de cemento

Los residuos de los josefinos que llegan a El Huaso, en Aserrí, son 'transformados’ por la empresa Holcim mediante un proceso tecnológico conocido como coprocesamiento

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¿Es el relleno sanitario el último destino de la basura de nuestros hogares? No necesariamente. Estos residuos podrían tener mucho que aportar aún, por ejemplo, como fuente de combustible para la producción industrial de cemento.

Así como lo lee. Ese cartón sucio o plástico que no llegó al centro de reciclaje, tiene un potencial energético que puede ser aprovechado por medio del conocimiento ingenieril y científico.

Prueba de lo anterior, es el proceso que realiza la empresa cementera Holcim Costa Rica y su subsidiaria Geocycle (que brinda servicios para la gestión de residuos), en el relleno sanitario conocido como El Huaso, ubicado en el cantón de Aserrí y colindante con San Miguel de Desamparados.

De las 1.200 toneladas de basura que al día van a dar a ese lugar, provenientes de distintos puntos de la capital, 100 mil kilogramos son extraídos por medio de una planta de separación de residuos, para luego ser transportados hasta las instalaciones de Holcim en Cartago.

Ya en la Vieja Metrópoli, la basura seleccionada es sometida a un proceso tecnológico llamado coprocesamiento, que “consiste en convertir los residuos en un material con características tales, que pueda transformarse en un combustible o materia prima alternativa para un proceso industrial beneficioso al ambiente y al entorno”, según información de Holcim.

Este combustible es empleado para alimentar uno de los hornos cementeros de la fábrica y así reducir el uso de fuentes fósiles.

Pero el inicio de todo esto es el centro de recuperación de materiales. Este fue desarrollado por Geocycle, pero es operado por la empresa EBI (administradora del relleno).

La iniciativa arrancó en mayo del 2018 con la instalación de equipos y lograr, en primera instancia, el coprocesamiento de 1.5 millones de kilogramos de residuos. Para finales de este año se espera que la cifra suba a 17 millones de kilogramos.

Selección de materiales

El proceso de selección de materiales es vital para el aprovechamiento de estos desperdicios y se hace de forma automatizada, por medio de tres máquinas y una pala mecánica; sin que haya una clasificación manual.

Todo comienza cuando los camiones descargan la basura en la estación de El Huaso. Entonces, esta se procesa tal y como las personas la enviaron: en las bolsas plásticas.

“En Costa Rica tenemos la costumbre de utilizar los residuos en bolsas, en otros países vienen sueltos; por lo que la primera de las máquinas utiliza unas cuchillas para abrir las bolsas y desgarrar los materiales de trabajo; la segunda máquina, tiene discos que dan vueltas y separan por tamaño (lo pequeño cae a una góndola: principalmente piedra, tierra, pedazos pequeños de vidrio). Lo que es rechazado continúa al relleno, ya que no se puede utilizar en la tecnología de coprocesamiento”, explicó Wilkie Mora, gerente general de Geocycle.

Él también detalló que “lo grande pasa por una banda a la tercera máquina, ahí son soplados por un ventilador; lo liviano continúa hasta un camión de transporte y lo pesado -por ejemplo metales- va a otra góndola de vuelta al relleno”,

El vocero estima que un 40% del material procesado es aprovechable, mientras que el restante 60% continúa hasta el relleno. Por cada kilo de combustible tradicional, se requieren dos kilogramos de residuos procesados para poder realizar el reemplazo.

“En el horno cementero, solo con este proyecto, estamos pudiendo cubrir un 15% de las necesidades energéticas del horno. Quiere decir que aún tenemos mucho para crecer”, indicó el ejecutivo.

El material procesado se carga en un camión y es trasladado a los laboratorios de Geocycle, ubicados en las instalaciones de Holcim, donde se pesa, descarga, tritura -con biomasa y llantas-, convirtiendo todo en un combustible.

“Este es caracterizado química y físicamente, para ver que cumple con los parámetros de alimentación, y después, se envía al horno”, explicó Mora.

Esfuerzo replicable

La iniciativa desarrollada en El Huaso empezó como un plan piloto, pero ha crecido en un proyecto de gran volumen, para así aprovechar más residuos, que habrían terminado enterrados en el relleno.

Este es el primer proyecto de este tipo que Holcim desarrolla en Costa Rica y América Latina. En México se está replicando algo similar, en Ecuador también ya están arrancando con una iniciativa parecida y en Argentina ya se compraron máquinas para buscar una configuración similar.

Para diciembre se espera expandir las instalaciones en El Huaso, lo que permitiría duplicar la capacidad de procesamiento de la planta.

El cuello de botella que se tiene actualmente es en el abridor de bolsas, por lo que la empresa planea comprar una máquina más que les permita acelerar esta etapa inicial.

Según Mora, esta es una iniciativa de baja inversión, en comparación con otras propuestas similares que se realizan en distintas partes del mundo, porque “se busca que alguna de las líneas sea reciclable, hay separación manual. Acá no se tiene eso, en vista de que estamos con la necesidad de hacerlo rentable, con tarifas muy bajas de manejo”.

El vocero estimó que se ha invertido poco menos de $1 millón (cerca de ¢581 millones).

La separación de residuos de rellenos sanitarios no es algo nuevo, pero lo que Mora considera hace diferente este proceso es que en este caso se realiza a nivel industrial.

“En otros casos, las personas abren las bolsas con sus manos (usando guantes) y comienzan a separar; llenan sacas con los materiales que se puedan reciclar, como papel o cartón y algunos plásticos, pero son estaciones pequeñas de 100 mil o 200 mil kilogramos por mes”, apuntó.