Amsterdam. AP. Holanda inauguró el jueves una cárcel de última tecnología, donde los prisioneros tienen brazaletes electrónicos para que las autoridades sigan cada uno de sus movimientos.
Asimismo, los guardias usan programas de computación que reconocen emociones para detectar posibles problemas en las celdas.
"Puede parecer ciencia ficción, pero las autoridades están convencidas de que la cárcel representa el futuro de las instalaciones para presidiarios: barata y eficiente, sin ser demasiado permisiva ni transgredir los derechos fundamentales de los delincuentes", dijo Hans Janssens, portavoz del Ministerio de Justicia
Los detenidos en la prisión de Lelystad, en el centro del país, permanecerán en celdas para seis personas. Los mismos presos cocinarán, lavarán sus ropas y organizarán sus actividades diarias a través de una pantalla interactiva que se encuentra al pie de las camas.
Además, los presos podrán recibir clases de diversos temas, como, por ejemplo, sobre cómo dejar las drogas o cómo hacer ejercicios para mejorar la salud.
Las cámaras de vigilancia sólo están en los espacios públicos, no en las camas ni en los baños, pero las celdas están equipadas con micrófonos que transmiten la información a través de software de reconocimiento de emociones hasta el centro de control de la prisión.
El programa de computación utiliza una combinación de volumen del sonido y ritmo para alertar a los guardias cuando sucede una confrontación entre los reclusos.
Con buen comportamiento, los presos sumarán créditos que usarán para ver más televisión o tener más canales en las pantallas instaladas al pie de sus camas. También pueden ganar más llamadas telefónicas o más horas de visitas.
La principal razón para construir una prisión de última tecnología fue ahorrar dinero: el costo calculado por prisionero por noche se reduce en $50 (de $170 a $125).