Los siameses Samuel y Ezequiel Núñez enfrentaron este domingo 27 de agosto un nuevo procedimiento quirúrgico, en el que se les colocaron expansores en sus cabezas.
El objetivo de los dispositivos es estirar lo más posible la piel de los pequeños de año y ocho meses, con el fin de "hacer espacio" que facilite el trabajo de los médicos que trabajarán en la separación final, para que puedan realizar las maniobras necesarias sin "tocar" tejidos vitales.
Un expansor es una especie de globo en forma de saco que todas las semanas se rellena de suero para "inflarlo".
Esta es la última intervención de este tipo que enfrentarán los pequeños, antes de la operación en la que se les separará.
Samuel y Ezequiel nacieron unidos por la cabeza el 11 de diciembre del 2015; sin embargo, las resonancias magnéticas han confirmado que sus cerebros y cerebelos son "bastante independientes".
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No obstante, los niños comparten el flujo sanguíneo, es decir, las venas, arterias y vasos capilares que transportan la sangre a su cerebro son las mismas en ambos niños, lo que implica cierto nivel de complejidad en la cirugía .
Stallin Núñez, padre de los siameses, explicó a La Nación que, hasta el domingo por la tarde, sus hijos permanecían en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños.
Además, aclaró que aún no hay fecha establecida para la cirugía de separación que enfrentarán sus hijos.
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Una intervención quirúrgica de este tipo podría tardar cerca de 20 horas y requerir de la presencia de profesionales tales como: médicos, enfermeros, microbiólogos, farmacéuticos y asistentes.