Rostro y voz se convierten en las nuevas contraseñas

Expertos afirman que estos sistemas son seguros ya que no se pueden robar

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Su rostro, su voz y otras características biológicas serán la llave de acceso que le permitirá, en un futuro cercano, utilizar servicios bancarios, identificarse en su trabajo o cobrar su pensión.

Esto, debido a que las empresas en el área de seguridad coquetean cada vez más con la biometría (medición de datos biológicos únicos que permiten identificar a las personas) para resguardar sus informaciones e intereses.

Una de esas compañías es la española FacePhi, una firma especializada en el desarrollo y comercialización de software de biometría por reconocimiento facial, a la que se acercó recientemente el Grupo Mutual.

El presidente de FacePhi, Salvador Martí, explicó a La Nación cómo funciona la solución que han ideado para lograr que los rasgos faciales permitan la autentificación ante un sistema.

“Si el usuario no está registrado, una vez que se pone delante de la cámara, se procede a su registro y la tecnología analiza su rostro, detectando y extrayendo todas sus características faciales, las cuales convierte en un patrón facial, que es lo que se almacena en la base de datos”, detalló Martí.

Así, cada vez que la persona utiliza la plataforma, el sistema va conociendo mejor su rostro.

“Siempre está renovando el patrón de la persona. Es un patrón que mide aspectos milimétricos: dimensiones, espacio entre una parte del ojo y la otra, espacios entre ceja y ceja. Es todo un algoritmo matemático que los españoles estuvieron desarrollando durante siete años”, comentó Juan Carlos Miranda, director de Tecnologías de Información de Grupo Mutual.

Dijo que esperan ofrecer este servicio a sus clientes a partir de 2015 por medio de una aplicación móvil. Será opcional, y para usarlo, el usuario debe utilizar un dispositivo equipado con cámara, ya sea una tableta o un celular.

El Banco de Costa Rica (BCR) también considera este tipo de tecnología. Carlos Astorga, encargado de seguridad bancaria, explicó que “su moderna plataforma de seguridad integral permite la posibilidad de integrar la biometría facial con el circuito cerrado de televisión y el control de acceso”. La entidad ya hizo pruebas.

El rostro no es el único elemento biológico del que las empresas echan mano para mejorar la seguridad. La voz de las personas es tan particular que de ella sacan provecho empresas como Volt Delta para el reconocimiento biométrico.

“La voz es algo realmente único, no lo puedes olvidar, perder y tampoco puede ser robada. Contrario al reconocimiento por huellas digitales, la voz es fácil de usar y no requieres equipo adicional”, explicó a La Nación, Beatrice Hartfuss, experta alemana de Volt Delta, que estuvo de visita en el país.

Para utilizar la voz en este tipo de sistemas, se debe hacer un registro inicial. La persona habla y lo que se registra son las frecuencias de sonido que emite, no la frase que la persona está pronunciando.

“La voz está compuesta de más de 72 características y partes de cuerpo (desde el tamaño de mi nariz, fosas nasales, la posición en que estoy sentado) todo va cambiando la frecuencia de sonido que yo emito”, añadió Javier Inclán, director de Volt Delta para América Latina. Por esa razón esta empresa considera que la voz es más segura que otros sistemas de reconocimiento físico –como las huellas dactilares– y menos susceptibles a ser sujeto de fraude. Volt Delta asegura que su solución es amigable, se puede usar desde cualquier teléfono y ubicación geográfica.

Usos. En el caso de Grupo Mutual, su aplicación de reconocimiento facial estaría orientada a que el usuario pueda hacer el pago de servicios sin tener que recordar una contraseña. Al otro lado, Volt Delta asegura que su software de biometría de voz puede utilizarse en centros de atención de llamadas, o para que las personas puedan cobrar sus pensiones y demostrar que efectivamente son ellas quienes están recibiendo el dinero y no un familiar.

A pesar de lo novedoso de estas tecnologías, hay quienes temen que puedan ser burladas o resulten ineficaces si la persona cambia. “La tecnología es capaz de ir aprendiendo automáticamente del usuario cuando engorda, adelgaza (...); la tecnología es capaz de analizar todos estos cambios y reconocer sin problemas”, afirmó Martí, de FacePhi.