Nueva especie de pepino de mar ‘despierta’ en Cabo Blanco

Organismo pertenece al mismo grupo de los erizos y las estrellas de mar

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A 17 metros de profundidad, sobre el lecho rocoso del océano Pacífico costarricense, descansa una criatura marina que es nueva para la ciencia.

Se trata de una nueva especie de pepino de mar denominada Lissothuria caboblanquensis , en homenaje al 50 aniversario de la creación de la Reserva Natural Absoluta Cabo Blanco, en la península de Nicoya, sitio en donde fue hallada.

El ejemplar fue encontrado por el biólogo marino Jaime Nivia, del Centro de Investigación en Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad de Costa Rica. (Cimar), como parte de un proyecto de para evaluar vacíos de conservación en el Pacífico norte.

“Es una especie pequeña: mide cerca de dos centímetros y se encuentra en fondos rocosos. En su boca posee 10 tentáculos. Su cuerpo es blanco y está cubierto de 10 escamas imbricadas (sobrepuestas unas a otras) que son propias de la familia Psolidae a la que pertenece el género Lissothuria ”, explicó el biólogo Juan José Alvarado, del Cimar.

Único. A pesar de su nombre, los pepinos de mar no son vegetales, sino animales invertebrados, exclusivamente marinos, pertenecientes al grupo de los equinodermos como los erizos, las estrellas y los lirios de mar, comentó Juan José Alvarado.

“Los pepinos de mar son organismos que viven en los fondos acuáticos rocosos, son móviles y se alimentan de sedimentos y partículas en suspensión”, agregó.

Este comportamiento alimentario genera beneficios al ecosistema marino.

“Logran procesar el sedimento en el fondo marino, con un nivel de eficiencia muy alto, de modo, que al ser defecado, es un producto rico en materia orgánica. Ese material, a su vez, es utilizado por otros organismos para su alimentación”, detalló.

Estos pepinos de mar logran disolver las sales de ácido carbónico presentes en los sedimentos y así contribuyen con un incremento de la alcalinidad del agua marina.

“Este aumento de la alcalinidad sirve como amortiguador para los efectos de la acidificación de los océanos, que está ocurriendo como producto del cambio climático. Es decir, ayuda a mantener las aguas de los arrecifes menos ácidas”, destacó Alvarado.

El biólogo informó de que hasta el momento la especie Lissothuria caboblanquensis es endémica de Cabo Blanco, y es la segunda especie del género Lissothuria reportada para Costa Rica.

“Este grupo es poco común en los arrecifes rocosos y su conocimiento es muy escaso”, expresó.

Juan José Alvarado, quien es coautor del libro Echinoderm Research and Diversity in Latin America , resaltó que en el mundo existen, aproximadamente, 1.400 especies de pepinos de mar, de las cuales 66 son utilizadas.

“Costa Rica posee un total de 80 especies, lo que representa un 5,7% de la diversidad mundial del grupo. La costa del Pacífico es la más diversa con 28 especies, seguida por la Isla del Coco (26 especies) y por último la costa del Caribe con tan solo cuatro especies”, dijo.

Peligro. El biólogo alertó sobre las amenazas a que están expuestos los pepinos de mar, especialmente la pesca ilegal.

“La situación mundial es alarmante: el 20% de las pesquerías se considera en un estado de colapso, mientras que un 38% muestra indicios de sobreexplotación”, declaró Alvarado.

Estos animales son muy apetecidos como manjares por sus supuestas propiedades afrodisíacas.

“En Costa Rica no se consumen, pero se pescan ilegalmente, se ponen a secar y se procesan para ser enviados a Nicaragua o al mercado asiático”, detalló Alvarado.

De acuerdo con el científico, la extracción ilegal se facilita con las especies que habitan aguas poco profundas. El año pasado, la Fuerza Pública y el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) realizaron varios decomisos en Guanacaste. En marzo del 2013, las autoridades detuvieron a cuatro personas por extracción ilegal de 511 ejemplares.

“En nuestros trabajos de campo hemos visto a pescadores extraer la especie Holothuria inornata en zonas como Sámara y Carrillo. El kilo de pepino de mar seco se vende en cerca de ¢2.000, pero en algunas especies el kilo puede llegar a costar $20”, dijo Alvarado.