Lagartija tica puede bucear hasta 16 minutos bajo el agua

Investigadora presume que una burbuja cercana a las fosas nasales del individuo le permite respirar mientras permanece sumergido.

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Una lagartija costarricense, con la capacidad de respirar hasta 16 minutos bajo el agua, fue observada por Lindsey Swierk, profesora asistente de Ciencias Biológicas en la Universidad de Binghamton, Nueva York, mientras realizaba otra investigación en Coto Brus, Puntarenas, en 2015.

Swierk estudiaba a esta lagartija conocida como Anolis aquaticus, sobre todo para entender cómo “ha adaptado sus hábitats a orillas de arroyos y cómo esto afecta la comunicación y comportamientos de apareamiento de la lagartija”, mencionó la investigadora.

También había llamado su atención el cambio de color “inverso” mostrado por la Anolis aquaticus, relacionado con el estrés (de oscuro a claro, en lugar de claro a oscuro, como suelen hacerlo otras lagartijas similares).

Sin embargo, fue otra cosa lo que llamó su atención: observó que una de estas lagartijas se sumergía en el agua por un largo periodo de tiempo; contabilizó hasta 16 minutos y esto la motivó a regresar a efectuar otras observaciones en 2016 y 2018.

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Fue así como comenzó a sospechar que esta lagartija hallada en la zona sur costarricense era una “pequeña buceadora”, como ella misma la llamó en su blog.

Swierk y el equipo de investigadores que la acompañaba decidieron grabar las inmersiones y así observaron que durante su tiempo bajo el agua, la Anolis aquaticus parecía respirar a través de una burbuja de aire que cubría su cabeza.

Según una publicación realizada en Herpetological Review, “la burbuja estaba centrada dentro de una depresión en el hocico, que se colocaba posterior a las fosas nasales. Los bordes de la burbuja se aferraron a crestas a lo largo de los ojos y ambos lados del hocico”.

Tal y como explicó Swierk, la observación del buceo se realizó en al menos unos 600 individuos, que fueron ubicados y procesados en tres sitios diferentes de Coto Brus. Asimismo, todas las observaciones se realizaron en el campo, con mínima o ninguna manipulación, entre las 9 a.m. y las 4 p.m.

La investigadora explicó que, si bien aún no saben mucho acerca del mecanismo creen que "es posible que algunas bolsas de aire adicionales queden atrapadas alrededor de la cabeza y la garganta de esta lagartija, y que la inhalación y la exhalación de la burbuja permita un intercambio de aire fresco entre estas bolsas de aire.

¿Para qué sirve este mecanismo?

Swierk intuye que la capacidad de permanecer bajo el agua por largos periodos de tiempo tiene que ver con una estrategia antidepredadora de estas lagartijas.

Los Anolis aquaticus no son particularmente rápidos, por lo que según la científica estadounidense el hecho de que se sumerjan en el agua les permite desaparecer fácilmente a los ojos de un depredador.

“Creo que cualquier adaptación de respiración bajo el agua de esta lagartija habría surgido para prolongar la cantidad de tiempo que pueden permanecer en su refugio bajo el agua", indicó.

También un análisis realizado en el estómago de la lagartija determinó que se alimentan de algunos insectos que pueden encontrarse principalmente bajo el agua. Esto podría sugerir que, el hecho de que se sumerja también podría deberse a razones distintas a la de evitar a los depredadores.

A futuro, Swierk y sus colegas planean estudiar la “función antipredadora de las burbujas de aire, la forma de la cabeza del Anolis aquaticus y cómo esta influye en la formación de burbujas, así como fisiología subyacente de esta adaptación potencial”, explicó la científica.

La investigación sobre esta lagartija se realizó con fondos del National Science Foundation de Estados Unidos.