Tokio AFP Y EFE El pasado 21 de noviembre, una pequeña isla fue observada por primera vez a unos mil kilómetros al sur de Tokio. En ese momento, los expertos atribuyeron su formación a erupciones volcánicas subterráneas.
En la actualidad, el islote sigue creciendo e incluso se está acercando a otra isla vecina, indicó el jueves el Servicio de Guardacostas japonés. “La nueva isla toca en dos puntos sobre el nivel del mar la isla de Nishinoshima y ambas se están fundiendo en una sola”, precisó el Servicio en un comunicado, tras realizar reconocimiento aéreo.
Cuando surgió, la nueva isla era circular, de unos 200 metros de diámetro. Pocos días después había cobrado una forma alargada, de 400 metros de largo por 200 de ancho. Y, desde entonces, volvió a redondearse y tiene actualmente una dimensión de 450 metros por 500.
“Las erupciones se producen con una frecuencia de 30 segundos a un minuto, con proyecciones que se elevan a un centenar de metros”, agregaron los guardacostas, al destacar la importancia de las emanaciones de lava procedentes de dos cráteres ubicados en el islote.
“La intensa actividad volcánica nos hace pensar en un aumento de los flujos de magma desde los fondos marinos”, señaló un profesor del Instituto de Investigaciones Volcánicas de la Universidad Industrial de Tokio.
Esta es la primera vez en 40 años que ocurre un fenómeno de este tipo en la zona meridional de Japón.
Sorpresa. La nueva isla parecía destinada a ser sumergida por las olas, pero ahora tiene fuertes posibilidades de permanecer en la superficie. Un experto vulcanólogo aseguró a la AFP, que es probable que la isla sea permanente, dado que el magma se ha solidificado y endurecido en la superficie.
La isla Nishinoshima, a la que se unió el nuevo islote, surgió también tras una erupción volcánica entre los años 1973 y 1974. Ahora, está deshabitada por lo que el surgimiento del islote no pondría en peligro vidas humanas.