Humanos estaban en el Ártico 10.000 años antes de lo creído

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Washington AFP Los seres humanos estaban en el Ártico hace 45.000 años, unos 10.000 años antes de lo que se pensaba.

Así lo revelaron las marcas de puntas de flecha y otros objetos punzantes observados en el esqueleto congelado de un mamut, según un estudio publicado en la revista Science .

Este descubrimiento es el ejemplo más antiguo de supervivencia en el Ártico, donde son raros los indicios del periodo Paleolítico humano.

En el 2012, un equipo dirigido por Alexéi Tikhonov, investigador del Museo de Zoología de la Academia de Ciencias de Rusia, en San Petersburgo, excavó una osamenta parcial de un mamut lanudo macho que se hallaba en los sedimentos congelados de un acantilado en la costa este de la bahía de Yeniséi, en Siberia.

La datación por radiocarbono de una tibia del animal y los materiales que estaban cerca, la fechan en 45.000 años.

Indicios en huesos. El esqueleto de mamut muestra signos de heridas inusuales en las costillas, el colmillo derecho y las mandíbulas. Las marcas son probablemente el resultado de puntas de lanza muy afiladas.

Las ramas mandibulares, parte inferior de los huesos de la mandíbula, están en su mayoría intactas, pero en los restos de mamuts más recientes abatidos por los humanos, las mandíbulas están a menudo incompletas, lo que podría haber resultado de la extracción de la lengua.

Los cazadores solían comer la lengua de los mamuts en una suerte de ritual, o bien pudo haber sido considerada un manjar.

El único colmillo que conservó este mamut, el derecho, muestra indicios de trabajo humano para cambiarle la forma.

En cambio, la extremidad exterior del colmillo, normalmente poco afilada, se trabajó para convertirlo en una herramienta usando técnicas observadas más tardíamente en el Ártico.

Estos hombres usaban largos y afilados fragmentos de marfil para cortar la carne en una región donde eran difíciles de encontrar otros materiales líticos en bruto.

Es probable que los avances en las técnicas de caza de mamuts permitieran que estos grupos se pudieran propagar en la zona más al norte de Siberia ártica, dicen los autores.

Estos movimientos fueron un punto de inflexión que posiblemente facilitó la llegada de humanos a zonas cercanas al estrecho de Bering.

Así, ellos podrían haber entrado en el continente americano antes del último máximo glacial, hace 22.000 años, calcularon los investigadores.