Hidrógeno une a Recope y a empresa de Franklin Chang

Esta semana se inauguró planta piloto que produce y almacena el material

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La inauguración de la primera planta nacional de producción y almacenamiento de hidrógeno en el país –fruto de la alianza entre Recope y Ad Astra, empresa del físico y astronauta Franklin Chang–, acercó al país a utilizar este elemento como combustible.

Esta instalación es una planta prototipo capaz de generar hidrógeno a partir de agua y de almacenarla en cilindros especializados.

Esto permitirá experimentar con la tecnología que se aplica en otras latitudes y probar si es posible adaptarla al contexto tico.

Con este esfuerzo, el país pretende hallar fuentes de energías limpias que puedan disminuir el alto consumo de hidrocarburos que se tiene en territorio nacional.

Según datos de la Dirección Sectorial de Energía del Minae, en el 2010, el 64,3% del consumo final de energía comercial provenía de derivados del petróleo.

Además, actualmente, el sector transporte consume 8 de cada 10 litros de hidrocarburos que se queman en el país.

Un proceso. La nueva instalación en Guanacaste es una etapa más en la apuesta que se inició en 2011 tras una alianza entre la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y la empresa Ad Astra, con sede en Liberia.

Primero, los expertos se centraron en completar los estudios de factibilidad del uso de hidrógeno en Costa Rica.

Luego, en julio del 2012 se inició el proceso para construir el plantel que se inauguró este jueves.

Ahora, el siguiente reto es crear la infraestructura con el objetivo de hacer este combustible accesible al resto del país.

Para este efecto, Recope y AdAstra firmaron también una carta de compromiso este jueves .

Pero siguen los retos. Más allá de las complicaciones técnicas, ahora hay que considerar la inversión requerida para adecuar la flotilla tica a vehículos de hidrógeno, pues sería significativa.

Según René Castro, jerarca del Minae, para cambiar los modelos actuales de buses y taxis a una tecnología “disponible hoy” se requieren al menos unos $1.000 millones. Aún no hay estimaciones de cuánto costaría el ‘salto’ a vehículos de hidrógeno.

Hasta el momento, la inversión del proyecto ha sido de unos $1,4 millones. Como el capital lo ha aportado Recope, la refinadora es la titular legal de la nueva instalación, aclaró el director del proyecto por parte de AdAstra, Juan del Valle.

Sobre la ‘ciencia’. En las instalaciones de AdAstra en Liberia es donde ocurre la ciencia. Allí, la tecnología permite “quebrar” –las moléculas de agua en sus componentes base, hidrógeno y oxígeno.

Esto se logra a través de un proceso llamado electrólisis, que utiliza electricidad para “romper” el agua.

La planta prototipo tiene cinco cilindros –de un tamaño similar a los de de gas propano que se usan en las sodas–. Cada uno de estos envases se pueden llenar con un poco más de un kilogramo de hidrógeno.

El gas estaría comprimido a 700 atmósferas, es decir, 70 veces más apretujado que el gas en un cilindro de cocina o cinco veces más que oxígeno de uso comercial.

En un vehículo con esta tecnología el hidrógeno hace un efecto inverso al del combustible: reacciona con el oxígeno para crear agua y liberar electricidad, detalló Del Valle.