San José
Las pinceladas ondulantes, los vibrantes colores y las finas texturas de esta imagen recuerdan las pinturas del maestro holandés Vincent Van Gogh (1853-1890); sin embargo, la autora de esta obra de arte fue la naturaleza misma.
Esta imagen es, en realidad, una visualización de los datos enviados por el satélite Planck, de la Agencia Espacial Europea (ESA) y retrata la interacción entre el polvo interestelar en la Vía Láctea y la estuctura de su campo magnético.
La misión Planck escaneó el cielo entre el 2009 y el 2013, para analizar la luz más antigua en la historia del Universo: la radiación cósmica de fondo.
Esta señal está oculta tras las emisiones de la materia difusa presente en nuestra galaxia y la cual es sumamente importante para el estudio del nacimiento de estrellas y otros fenómenos en la Vía Láctea.
En su recorrido, Planck logró detectar polvo cósmico, un componente menor pero fudamental del medio interestelar que impregna la galaxia. Está compuesto principalmente de gas y es la materia prima para la formación de estrellas.
Las nubes interestelares de gas y polvo también están "enhebradas" por el campo magnético de la galaxia. Las partículas de polvo tienden a alinear el eje más largo de las nubes en ángulo recto en dirección al campo.
Como resultado, la luz emitida por las partículas de polvo es en parte 'polarizada' , es decir se refractan solo en ciertas direcciones. Por esa razón pueden ser capturada por los detectores sensibles a la polarización que tiene Planck.
Los científicos del proyecto Planck estudian la emisión polarizada del polvo interestelar para reconstruir el campo magnético de la Vía Láctea y comprender así su papel en la formación de la estructura de esta galaxia.
En esta imagen, la escala de colores representa la intensidad total de la emisión del polvo, lo cual revela la estructura de las nubes interestelares en la Vía Láctea. La textura se basa en mediciones de la dirección de la luz polarizada emitida por el polvo, que a su vez indica la orientación del campo magnético.