Jefferson Moreno, Jennifer Vargas y Jean Luigi Concha tienen apenas 10 años, pero ya se convirtieron en expertos del tema ambiental.
Estos alumnos de la Escuela Félix Arcadio Montero, ubicada en Santo Domingo de Heredia, participaron del Programa Canguambientales y aprendieron, durante cuatro meses, sobre la recolección y separación de desechos, así como de técnicas de reciclaje.
“Nos enseñaron la importancia de cuidar la naturaleza para que cuando tengamos hijos ellos vivan en un país limpio”, aseguró, entusiasmado, Jefferson.
Junto a ellos, otros 72 niños se involucraron en esa iniciativa, impulsada por tres actores: tres centros educativos, tres municipalidades y la empresa Kanguro.
Según explicó Rebeca Chaves, coordinadora técnica del proyecto por parte de Kanguro, se consultó a los gobiernos locales y ellos indicaron cuáles serían las escuelas más adecuadas para participar en este plan piloto. La iniciativa podría reproducirse el próximo año, con un número mayor de estudiantes.
Además de la Escuela Félix Arcadio Montero, la primaria Rogelio Fernández, de Ciudad Colón, y Villas de Ayarco, en La Unión, también se sumó a la iniciativa.
Proceso. En cada escuela se escogió a un grupo de 25 niños destacados por su liderazgo, buen rendimiento y su disposición para mantener ordenada y aseada el aula.
Luego, se les capacitó en cada una de sus escuelas y asistieron a una gira en una finca ubicada en Tabarcia de Mora, donde se reunió a los 75 participantes del proyecto.
“La idea es que los niños sean efectos multiplicadores, al tomar un grupo en cada escuela ya estamos hablando de 75 familias que son instruidas en el tema ambiental”, señaló Chaves.
A esa cifra se le suman las poblaciones estudiantiles de cada centro educativo, unos 3.000 muchachos aproximadamente.
Los Canguambientales fueron aula por aula y hasta organizaron un acto cívico para explicarles a sus compañeros la forma correcta en que se deben separar la basura.
En el caso de Jennifer, Jefferson y Jean Luigi, ellos encontraron un uso alternativo y creativo para los desechos y diseñaron desde faroles para setiembre hasta figuras navideñas. “Nosotros, con nuestros compañeros del aula, tomamos botellas plásticas e hicimos un muñeco de nieve; también usamos cartones de huevo”, explicaron.
Jennifer está convencida de que quiere seguir participando de este tipo de iniciativas pues asegura: “yo quiero un mundo mejor”.