Diminutas 'manos' en cueva primitiva podrían ser huellas de reptiles

Arqueológos creían hasta ahora que eran manos de bebés humanos

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San José

Una investigación realizada por la antropóloga Emmanuelle Honoré, de la Universidad de Cambridge sugiere que las impresiones de unas manos diminutas en la llamada "Cueva de las bestias" en el desierto occidental de Egipto, podrían ser huellas de reptiles. Hasta ahora se creía que eran de niños.

El sitio rupestre Wadi Sura II fue descubierto en el 2002 y se le conoce como la "Cueva de las bestias" por los diseños que exhibe en sus paredes de piedra: figuras humanas, animales salvajes y unas extrañas criaturas sin cabeza.

Los científicos estiman que esas impresiones en la piedra corresponden a la época geológica del Holoceno medio, hace unos 8.000 años.

Entre las imágenes que más llaman la atención de los arqueólogos destaca un par de manos –de bebé o de un niño muy pequeño– dentro de las huellas de las manos de un adulto.

Sin embargo, desde su primera visita al sitio, en el 2006, Honoré tuvo sus dudas de que las manitas pertenecieran a un infante. "Eran mucho más pequeñas que las manos de bebés humanos, y los dedos eran demasiado largos”, declaró la experta a National Geographic.

Honoré, quien es antropóloga del Instituto McDonald para la Investigación Arqueológica del la Universidad de Cambridge realizó un estudio morfométrico para comparar el material arqueológico con muestras humanas.

Esto quiere decir que la científica tomó medidas de las pequeñas huellas en la piedra y las comparó con mediciones de manos de bebés humanos nacidos a término (entre 37 y 41 semanas) y otros prematuros (con edad gestacional de entre 26 y 36 semanas).

Los resultados comprobaron que las manos pintadas en la caverna presentaban diferencias significativas en tamaño, proporciones y morfología con respecto a las manos humanas.

Honoré encontró que las proporciones de los diseños rupestres se asemejaban más a las patas delanteras de un reptil llamado varano del desierto  (Varanus griseus)  o incluso de un cocodrilo pequeño.

El varano es una especie muy común en el desierto occidental el Egipto y es venerado por las tribus locales.

Tanto las impresiones de manos adultas como las patas de animales fueron realizadas durante la misma época y con el mismo pigmento. Lo que los investigadores no han podido determinar es si la impresión se hizo al presionar directamente de la pata del animal vivo sobre la piedra o si se usó la extremidad recién amputada.

"Para nosotros como investigadores es un enorme reto interpretar estas pinturas pues nuestra cultura es totalmente diferente a la que las creó", opinó Honoré.