Costa Rica explora su potencial marino para generar electricidad

Las olas, mareas y gradientes de temperatura podría ayudar a los países a diversificar su matriz energética e incluir nuevas fuentes renovables

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¿Pueden los mares costarricenses convertirse en una fuente renovable, para la generación de energía eléctrica? Esa es una interrogante que a futuro, esperan contestar expertos de universidades públicas del país y el Grupo ICE.

Esta nueva tecnología, conocida como energía marina o energía azul, es impulsada por el movimiento de las olas, mareas y gradientes de temperatura, así como por la salinidad de los océanos y el viento que los recorre. Todavía se encuentra en una etapa temprana de desarrollo comercial, pero ya es objeto de investigación en el país.

“Tenemos que hacer un integrado de investigaciones que nos permita colocar todo sobre la mesa y, una vez que tengamos toda la información, tomar una decisión de los siguientes pasos”, aclaró José Rodrigo Rojas Morales, de Grupo ICE.

Muchas preguntas

¿Qué información es la que busca obtener la empresa estatal? Se espera conocer aspectos como la densidad energética de las costas ticas, cuáles son las soluciones tecnológicas que se pueden adaptar a esas condiciones, si se requieren prototipos fijados o flotantes; si van a funcionar con olas, con mareas o con corrientes.

“Lo que a nosotros nos interesa ahora (Grupo ICE) es investigar. Necesitamos conocer para tomar decisiones y estamos en el mejor momento”, expresó Rojas, quien trabaja para la empresa estatal en temas de innovación y el desarrollo de energías no convencionales.

Si bien hay modelos teóricos y propuestas técnicas para aprovechar el recurso marino, lo cierto es que su eventual éxito en uno u otro país, es muy diferente, por las características propias de esos cuerpos de agua, lo que hace necesario estos procesos de instrospección.

¿Esto quiere decir que pronto el país incluirá la energía marina a su matriz energética de fuentes renovables? La respuesta es que no, así de claro es Rojas al consultársele sobre el tema.

"En este momento, si nosotros vemos el contexto de la demanda y oferta energética, la respuesta sería que no estamos pensando colocar ni un solo kilovatio en la red, ni siquiera en los próximos 10 años.

“No nos vemos en este momento, liderando ningún proceso hacia el desarrollo de energía marina (...) nos vemos siendo parte de un cluster de investigación nacional que va a empujar el conocimiento que se requiere para tomar decisiones en el futuro”, explicó.

Entre las indagaciones que ya están en marcha, destaca una enfocada en el potencial eólico marino en un sector del Pacífico Norte, con una investigación llamada ‘Punta Descartes’. Además, la unidad de Ingeniería Marítima de Ríos y Estuarios (Imares) de la Universidad de Costa Rica (UCR), y el Laboratorio e–Wave del Tecnológico de Costa Rica (Tec), también le sigue la pista a cómo aprovechar esta fuente de energía en el país.

Incluso, Costa Rica albergó esta semana un encuentro internacional para tratar el tema. Se trata de la Convención Panamericana de Energía Marina (Pamec 2020), que inició el 26 de enero y finalizará este martes 28. El objetivo de la reunión, es impulsar una discusión, a nivel regional, sobre los retos y oportunidades que conlleva este nuevo desarrollo tecnológico.

Es organizado por Grupo ICE, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), Cecacier y Pamec.

Complejidades

Rojas reconoce que es un tema complejo que involucra muchas variables diferentes. Por ejemplo, asegura que desde ahora están trabajando en la aceptación social de las energías renovables, también en identificar requerimientos a nivel de comunidades marino costeras (infraestructura actual y la que necesitaría desarrollar).

¿Serán necesarios nuevos puertos? ¿se requerirá la colocación de subestaciones cerca del mar o en otras zonas? ¿cuáles serán los puntos de conexión entre las granjas eólico marinas? son algunas de las interrogantes que deben ser contestadas antes de que el país tome la decisión de aventurarse en el desarrollo de tecnología marina.

Entre las variables a considerar, también se suman las ambientales, debido al impacto que podría tener en ecosistemas marinos y rutas de especies migratorias, entre otras situaciones.

"Tenemos que ser consecuentes con las políticas de manejo de ecosistemas marino costeros que ya existen, las protecciones legales que hay para áreas marinas protegidas, para hábitats marinos esenciales

“Estamos comenzando a mapear en sistemas de información geográfica, cuáles son esas sensibilidades ecológico marinas que requerimos tomar en cuenta. Asimismo conocer la condiciones geológicas que nos permitirían a nosotros comenzar a pensar que podríamos desarrollar proyectos de esta naturaleza”, indicó el funcionario.

Contexto internacional

Costa Rica no es el único país en explorar los alcances de esta fuente de energía renovable. Según escribió el diario chileno La Tercera, en ese país suramericano, empresas y academia toman pasos similares; se adquirió una “boya autocontenida con sensores oceanográficos”, que sería instalada en la Bahía de Cartagena, Valparaíso, durante el primer semestre de 2020.

El proyecto tiene la finalidad de “monitorear el potencial de la energía marina renovable", en esa ubicación.

Si bien los países de Europa también apuestan a estas nuevas fuentes, con el fin de avanzar en la descarbonización de sus matrices energéticas, la eólica marina (también conocida como offshore), es la que más inversión reúne por el momento.

El Reino Unido cuenta con el mayor parque actualmente en funcionamiento; tiene una capacidad instalada de 659 megavatios (MW) (equivalente a la demanda energética anual de unos 600.000 hogares), de acuerdo con una publicación del diario La Vanguardia de España.

Pero este escenario podría cambiar en el futuro, si prosperan las aspiraciones de Dinamarca de construir “un megaparque de aerogeneradores marinos que tendría capacidad para producir 10 gigavatios (10.000 megavatios) de energía, suficiente para cubrir la demanda anual de electricidad de más de 10 millones de hogares europeos”, indica la publicación española.

Por otro lado, la asociación europea de energías oceánicas (OEE, por sus siglas en inglés), asegura que las naciones del viejo continente, representan el 66% de las patentes de energía de las mareas y el 44% de las patentes de energía de las olas a nivel mundial.

Según sus estimaciones, la industria de la energía oceánica en el continente, planea desplegar una capacidad de producción para el año 2050, que permitiría, “satisfacer las necesidades diarias de electricidad de 76 millones de hogares”, indica el sitio web de la OEE.