Color de luz condiciona percepción de la hora

Es la 1.ª vez que se demuestra la teoría de que tonos afectan el reloj biológico

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Esta investigación sugiere que el reloj interno puede medir los cambios en el color de la luz que ocurren al amanecer y el atardecer. | ARCHIVO (Andreas Krappweis | Photography)

Madrid. EFE. El color de la luz tiene un gran impacto en la forma en la que el reloj cerebral mide el momento del día y en cómo se ajusta el comportamiento de los animales, reveló una investigación realizada por científicos de la Universidad de Manchester, Reino Unido.

En función de este estudio, realizado con ratones, el color podría ser usado para manipular el reloj interno de los seres humanos, lo que sería útil para los trabajadores que cambian de turno o los viajeros que sufren jet lag (desfase horario).

El trabajo, publicado en la revista estadounidense PLOS Biology, explica cómo nuestro reloj interno puede medir los cambios en el color de la luz.

Los científicos analizaron las variaciones de luz en los momentos del amanecer y atardecer, para comprobar si el color podría ser utilizado para determinar la hora del día.

Además de los cambios conocidos que se producen en la intensidad de la luz, como el Sol que sale y se pone, los investigadores notaron que, durante el crepúsculo, la luz es claramente más azul que durante el día.

También midieron la actividad eléctrica del reloj cerebral durante un ejercicio en el que mostraban a algunos ratones diferentes estímulos visuales, lo que les permitió descubrir que muchas de las neuronas eran más sensibles a los cambios en el color entre el azul y amarillo, que a variaciones en el brillo.

Los científicos simularon entonces un cielo artificial que recreaba los cambios diarios en el color y el brillo, bajo el cual colocaron a los ratones durante varios días.

Las temperaturas más altas del cuerpo se registraron justo después del atardecer, cuando el cielo se tornaba de un azul más oscuro, lo que indica que su reloj biológico estaba funcionando de manera óptima.

Sin embargo, si se variaba únicamente el brillo del cielo, los ratones aumentaban su actividad antes del anochecer, lo que demuestra que su reloj biológico no se correspondía con el ciclo día-noche.

Timothy Brown, director del trabajo, resaltó que es la primera vez que se puede demostrar que el color afecta el reloj biológico en cualquier mamífero.

“Hasta ahora, había sido muy difícil separar el cambio de color de la variación de brillo”, resaltó Brown, al asegurar que el resultado de esta investigación se puede aplicar a los seres humanos.