Ad Astra, compañía de Franklin Chang, obtiene patente de propiedad intelectual

Empresa posee derechos sobre el motor de plasma y otras aplicaciones

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La Oficina de Patentes y Marcas de los Estados Unidos otorgó la patente número 8593064 B2 al motor de propulsión de plasma para viajes espaciales VASIMR, diseñado por la compañía Ad Astra Rocket, del científico costarricense Franklin Chang Díaz.

Con ello, la empresa obtiene la propiedad intelectual sobre la tecnología de plasma, pero, además, los derechos sobre diversas aplicaciones en materia de energía, procesamiento de materiales y el manejo de desechos.

Según informó Ad Astra, en un comunicado, la patente tiene una vigencia 22,9 años desde la fecha oficial de su emisión.

La compañía fue fundada en el 2005. Ha trabajado en el desarrollo de un motor que funciona de forma similar al de un cohete químico tradicional; es decir, con ayuda de un combustible se genera una explosión que viaja por la tubería del cohete y, con ello, produce la aceleración necesaria para que el vehículo se desplace.

La diferencia está en que, en vez de combustible convencional, utiliza plasma. El producto está diseñado para el transporte de vehículos espaciales fuera de la órbita terrestre como sondas y satélites.

Recorrido. En el año 2006, el Gobierno de Estados Unidos otorgó la licencia exclusiva de VASIMR a Ad Astra Rocket. Ahora, con la obtención de la propiedad intelectual también se incluye a varios autores, además de Chang Díaz: los doctores Mark D. Carter, Leonard Cassady, Tim W. Glover, Jared P. Squire and y el ingeniero Greg McCaskill.

“La patente de la NASA ya deja de ser necesaria. Nosotros vamos a poder seguir practicando el invento como algo que le pertenece a la empresa solamente”, dijo Chang.

Siete años después de su primera versión, los científicos han trabajado en afinar la tecnología del motor, hasta el punto de hacerlo efi ciente y tecnológicamente viable en el espacio, destacó Chang.

Entre los ajustes y mejoras que se le han hecho al motor, destacan el diseño de una antena que favorece un mecanismo para aumentar la densidad del plasma y, por lo tanto, se logra una producción más eficiente de ese material.

“La patente viene a ser una garantía de que el producto confeccionado es eficiente. Los cambios hacen que la patente sea útil y esté lista para comercializar”, agregó el científico.

La última revisión del motor se realizó, en junio pasado, en el Centro de Investigación de Ad Astra, ubicado en Houston, Texas, cerca de Centro Espacial Johnson, de la NASA. Posteriormente, su diseño fue aprobado. “Este es un importante logro técnico importante para nuestro equipo y un activo valioso para Ad Astra. Refleja la importante inversión de capital que hemos hecho en el avance de la tecnología”, declaró Chang.

Colaboró la periodista Andrea Rodríguez.