Las caídas de diversa índole fueron la causa de muerte de 2.264 personas en Costa Ria entre los años 2000 y 2022. Así se desprende de un análisis realizado por la Universidad Hispanoamericana (UH), que fue difundido la mañana de este 27 de diciembre.
La cantidad de muertes por esta condición viene en aumento desde 2016, según el informe. El promedio en todos estos años fue de 2 muertes por 100.000 habitantes. Sin embargo, hubo cambios conforme pasó el tiempo. Mientras que en 2000 o 2001 hubo 1,7 y 1,8 muertes por 100.000 habitantes, respectivamente. A partir del 2016 estas cifras comenzaron a subir a 2,6 por 100.000 habitantes, incluso en el 2017 hubo 2,7.
El médico y epidemiólogo Ronald Evans, coordinador del reporte, también apuntó a diferencias entre hombres y mujeres. “En términos generales, podemos afirmar que, en el país, fallecen por caídas cinco hombres por cada mujer”, señaló.
Problema a nivel mundial
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las caídas provocan la muerte de 684.000 personas al año, ubicándose en la segunda causa de mortalidad por traumatismos involuntarios, superada por los accidentes de tránsito. La mayor parte de estas muertes ocurren en personas mayores de 60 años.
Además, cada año se producen 37,3 millones de caídas cuya gravedad no es letal, pero sí requiere atención médica.
La misma institución señala que, si bien las caídas son más comunes entre quienes usan bastones o muletas por diversas razones, estas no son más mortales.
La OMS también da pautas para evitar las caídas en diferentes grupos poblacionales.
En niños y adolescentes:
- Programas de educación para los progenitores de familias con bajos recursos.
- Información para los padres sobre los riesgos de caerse que corren los niños y para ayudarles a reducirlos en casa.
- Promover políticas y normas para los parques infantiles que obliguen a que las superficies donde se juega sean blandas y a que se limite la altura desde donde se puedan producir caídas.
Para los trabajadores:
- Normas de seguridad laboral más estrictas para las ocupaciones de alto riesgo, como la construcción.
- Programas multifactoriales de seguridad laboral.
- Aplicar sistemas funcionales de salud y seguridad en el trabajo.
- Usar arneses, sistemas de retención, sistemas anticaídas y andamios seguros para las personas que trabajan a cierta altura.
Para los adultos mayores:
- Ejercicios para mejorar la marcha y el equilibrio y entrenamiento funcional.
- Práctica del taichí.
- Mejorar la accesibilidad del entorno y los espacios públicos, como las aceras.
- Evaluación de la vivienda y modificación de su diseño.
- Reducción o eliminación del consumo de psicótropos.
- Intervenciones multifactoriales, como evaluaciones individuales del riesgo de caídas, seguidas de intervenciones y derivaciones médicas en función de los riesgos detectados.
- Suplementos de vitamina D para personas con deficiencia de esta sustancia.