Primeros auxilios en Pediatría

¿Cuándo es necesario acudir por ayuda médica y cuándo podemos atenderlo nosotros mismos?

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El doctor Ramón Rivera Brenes, Médico Cirujano Pediatra Intensivista, Director del Departamento de Pediatría del Hospital CIMA San José, nos ayuda a resolver esta duda frecuente entre padres y madres con niños pequeños.

Golpes en general: El desarrollo motor grueso de los niños durante los primeros 2 años hace que tengan una predisposición mayor a sufrir caídas y golpes. Entre los 4 y los 6 meses de edad, los bebés aprenden a darse vuelta sobre su propio eje y las caídas comienzan a presentarse. Después del año -cuando aprenden a caminar- los traumas se hacen aún frecuentes. Los más peligrosos siempre son los golpes en la cabeza.

Golpes en la cabeza: Se pueden dividir en leves y severos. Los leves son todos aquellos que no dejan evidencia externa del golpe como chichones y apertura de la piel, los moderados usualmente dejan hematomas o requieren una sutura. Para que un golpe sea considerado severo -y requiera revisión médica- usualmente se acompañan de pérdida del conocimiento, vómitos, confusión o convulsiones.

Leves y moderados: Generalmente no requieren atención médica a menos que se requiera suturar. El niño se debe observar en casa y consultar de inmediato si se presentan signos de trauma severo como vómitos.

El cuero cabelludo tiene muchos vasos sanguíneos y generalmente sangra mucho cuando se hace una herida. Al igual que con cualquier herida sangrante los primeros auxilios serían hacer compresión con una gaza o un paño limpio sobre la herida. Cuando no se abre la piel, la sangre derramada se acumula entre la piel y el cráneo y esto produce una chichota. Generalmente con solo colocar hielo es suficiente para que mejoren, no existen otros tratamientos que demuestren que son buenos para que la sangre se reabsorba y usualmente duran de 5 a 7 días, aunque lo morado puede persistir por hasta 2 o 3 semanas.

Severos: -Especialmente cuando hay pérdida del conocimiento-. Pedir ayuda y llamar al 911, no mover bruscamente al niño para evitar lesiones especialmente en el cuello y revisar que esté respirando correctamente. Trasladarlo a un hospital cercano para su evaluación lo antes posible.

Es conveniente y recomendable que todas las personas aprendan y lleven un curso de RCP básico.

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Golpes en otras partes del cuerpo: Las caídas pueden producir desde un morete hasta una fractura. Los moretes se producen por derramamiento de sangre debajo de la piel y pueden ser vasos capilares o venas más grandes que producen hinchazón y un hematoma grande. Hinchazón, dolor, deformidad y color morado, son indicadores de golpe muy fuerte y requieren revisión médica. Las causas más probables son un esquince (cuando se revienta un ligamento) o una fractura. En estos casos es conveniente colocar hielo en el sitio e inmovilizar el miembro afectado para que no se complique el trauma y traslado al centro hospitalario más cercano. En el caso del los esquinces usualmente se requiere reposo y/o inmovilización por 2 o 3 semanas y en el caso de las fracturas siempre se coloca un yeso para inmovilizar por 3 o 4 semanas. En casos severos y según el sitio, se requiere cirugía.

Heridas cortantes: Todas las heridas cortantes y en aquellas que se abre la piel y son mayores a 1 cm de largo requieren revisión médica ya que pueden necesitar puntos de sutura o al menos una goma especial para la piel. Mientras que las heridas en el rostro se deben atender con especial cuidado, ya que suelen dejar cicatrices. La mejor forma de tratar las heridas es con compresión en el sitio de la herida para detener el sangrado.

Nunca se deben poner torniquetes en una herida si no se tiene conocimiento de cómo hacerlo.

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Quemaduras: Las quemaduras pueden ser por calor, químicas o por radiación (como la solar).

Las quemaduras de primer grado: Son quemaduras superficiales que no forman ampollas y se tratan solo con lociones locales o lociones hidratantes. No use mantequilla, miel de abeja, ni la pasta de dientes. Tampoco existe evidencia médica de que la leche de magnesia funcione para disminuir el dolor o la inflamación.

Las quemaduras de segundo grado: Son todas aquellas que forman ampollas o flictenas y pueden ser superficiales o profundas. Usualmente se acompañan de mucho dolor y en la medida de lo posible hay que tratar de no reventar la ampolla para disminuir el riesgo de infección. Se pueden utilizar medicamentos orales para disminuir el dolor como acetaminofén, ibuprofeno o diclofenaco, e irrigar con agua fría. En todos los casos las quemaduras de segundo grado grandes, quemaduras en manos, pies y cara deben ser valoradas por un especialista. En el caso que la ampolla se rompa se pueden utilizar cremas de sulfadiazina de plata y vendajes para permitir la cicatrización y evitar infecciones.

Las quemaduras de tercer grado: Usualmente se presentan cuando hay exposición directa al fuego o al calor extremo. Esta quemadura atraviesa la piel por completo y llega hasta las capas más profundas. Todas requieren tratamiento médico especializado.

Como primeros auxilios, solo se deben cubrir con gaza estéril o un paño limpio mientras el paciente se traslada al hospital.

Las quemaduras químicas: Tienen la particularidad que pueden ser leves pero si no se remueve el químico (como un ácido por ejemplo), éste puede seguir quemando y profundizar la quemadura. Como regla general se recomienda quitar la ropa que pueda contener el químico y lavar bien el cuerpo con agua limpia mientras viene la ayuda. Esta misma regla se aplica para las quemaduras químicas de los ojos.

En caso de haber ingerido los químicos, no se debe utilizar ningún medicamento por vía oral, ni hacer vomitar al paciente pues se puede agravar la quemadura. Si el paciente lo permite se puede dar agua limpia para diluir el químico.

Intoxicaciones: Una de las consultas más frecuentes en pediatría son las intoxicaciones por diferentes productos, desde alimentos, medicamentos, hasta plantas y químicos de uso diario.

Siempre tenga a mano el número de teléfono del Centro Nacional de Control de Intoxicaciones de Costa Rica: 2223-1028. Este número atiende las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

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Intoxicaciones alimentarias: Son las más frecuentes y ocurren generalmente cuando se ingieren alimentos mal cocinados, mal lavados o mal conservados. La presentación usual es con vómitos severos sin ningún otro síntoma asociado y de 30 minutos a 3 horas de haber ingerido el alimento. No existe un tratamiento específico de primeros auxilios y generalmente se ocupa tratamiento médico hospitalario con medicamentos y/o sueros.

Intoxicaciones por medicamentos: Como recomendación general, cualquier cosa que pueda ser peligrosa debe estar fuera del alcance de los niños, bajo llave. Nunca guarde químicos en botellas atractivas o que parezcan refrescos. Los niños se toman cualquier cosa, por más fea que sea y muchas veces nos damos cuenta en forma tardía cuando se presentan los síntomas como somnolencia, taquicardia, sudoración y hasta arritmias. De especial cuidado son las pastillas para la ansiedad (ansiolíticos como el diazepam) y los medicamentos para la depresión. Siempre que haya sospecha de intoxicación se recomienda visitar al médico.

No se recomienda inducir el vómito, pero se puede dar agua para diluir el medicamento y atrasar su absorción.

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Intoxicaciones con plantas: Algunas plantas, en especial las ornamentales que no ocupan sol

-como la llamada popularmente lotería- contienen en su savia oxalatos de calcio que pueden causar quemaduras en la boca. Otras como la reina de la noche producen salivación extrema, espasmo bronquial, aumento exagerado de las secreciones bronquiales y trastornos del comportamiento. En estos casos, la dilución con agua aplica igual y el niño (a) debe ser llevado a ver el médico.

Intoxicaciones con químicos: Productos como el aguarrás, canfín, queroseno y gasolina son volátiles (se transforman en vapor a temperatura ambiente) y su ingestión puede producir inflamación del esófago y estómago. Los vapores producidos al ser inhalados van a producir inflamación en los bronquios y los pulmones que pueden ocasionar neumonía química y dependiendo de la severidad hasta la muerte. Nunca trate de provocar vómito en el niño. Remítalo al centro de salud más cercano.

Cuerpos extraños: Es común que los niños se introduzcan cuerpos extraños en la nariz y oídos, y menos frecuente que los traguen o inhalen. Mocos amarillo-verdosos y de mal olor en un solo lado de la nariz siempre hacen sospechar de un cuerpo extraño. Lo mismo aplica para el oído, sin embargo muchas veces es el mismo niño que dice que le duele el oído y que él se metió algo. En todos los casos de sospecha de cuerpo extraño hay que consultar al médico. Los cuerpos extraños en el tracto digestivo generalmente salen solos con las heces, pero los cuerpos extraños en el tracto respiratorio son una emergencia y deben llevarse al hospital.

Piquetes: Son muy frecuentes los piquetes de insectos como mosquitos, alacranes, chinches, abejas, arañas y avispas. Afortunadamente, la mayoría de los piquetes que se producen en nuestro medio no son serios ni mortales, aunque usualmente se acompañan de dolor. En estos casos se pueden utilizar medicamentos para disminuir el dolor como acetaminofén, ibuprofeno y diclofenaco, en las dosis recomendadas para la edad. Además, se puede colocar alguna crema para reducir la picazón e inflamación. Es recomendable consultar, aunque no se considera una emergencias. En caso de anafilaxia (reacción alérgica severa) se requiere atención médica inmediata.

Las mordeduras: También son frecuentes, especialmente por animales como perros, gatos, conejos, cuilos y serpientes. El caso de las serpientes lo dejaremos para otro momento, pero busque atención médica inmediata, aunque sospeche que no sea venenosa. No se recomiendan torniquetes, ni abrir las heridas, ni succionar la herida. Entre más rápido se inicie el tratamiento médico, mejor será el pronóstico en general.

La boca de los animales esta generalmente llena de bacterias, así que lo primero que se debe hacer es controlar el sangrado si lo hay, lavar bien con agua y jabón, tratar el dolor y consultar al médico. Existen dos formas de tratamiento, una es dejar la herida abierta para disminuir el riesgo de infección, y -si la herida es grande- hacer una buena limpieza, suturar y tomar antibióticos en forma preventiva.

Siempre es conveniente mantener las vacunas al día, de esta forma disminuimos el riesgo de enfermedades como el tétanos. Los cursos de resucitación cardiopulmonar básicos son importantes y recomendados ya que con el debido conocimiento uno puede salvarle la vida a un ser querido u otra persona que así lo requiera.

Fuente: Dr. Ramón Rivera Brenes, Médico Cirujano Pediatra Intensivista. Código 2855, cédula 700700327.

Director del Departamento de Pediatría, Hospital CIMA San José

Email: rrivera@hospitalcima.com