La paradoja paralizante: Cómo elegir entre varias opciones

Saber elegir y tomar decisiones ¡es una parte esencial de tu vida! Es por esto que se vuelve relevante comprender este tipo de parálisis.

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Seguramente te ha de pasar lo que a la mayoría de nosotros nos ocurre: te ha de gustar tener muchas opciones, porque te da la sensación de libertad y autonomía. Y a pesar de esto, te has de haber encontrado en esta encrucijada: frente a tantas opciones, te sientes abrumado cuando debes escoger y tomar la mejor decisión.

A esto se le llama la paradoja paralizante (también conocida como parálisis de decisión, de elección o de análisis).

Esta paradoja ha sido analizada en varios estudios, cuyas referencias te compartiré más abajo: " Las personas desean hacer una buena elección, pero sienten que no pueden. Esta combinación de percibir altas apuestas y baja capacidad, puede contribuir a un miedo profundo de que uno inevitablemente tomará la decisión equivocada, lo que podría sofocar el proceso de toma de decisiones".

Saber elegir y tomar decisiones, ¡es una parte esencial de tu vida! Es por esto que se vuelve relevante comprender este tipo de parálisis.

Cuantas más opciones tengás, más difícil será elegir una. Además, a medida que aumenta la complejidad o la importancia, también aumenta la cantidad de energía que el análisis te quita.

De hecho, tener que tomar una decisión crea emociones negativas, lo que puede conducir a la fatiga de la decisión o un retraso en la toma de la decisión.

En muchos casos, incluso si se toma una decisión, la parálisis de la decisión agota tanto al que toma la decisión que ¡no le queda energía para llevar a cabo la acción en sí!

Al entender esta parálisis, podés empezar a comprender la procrastinación, porque cuando se supone que debes hacer dos cosas importantes, pero no sabes cuál comenzar primero, a menudo comenzás a posponer las cosas.

¿Alguna vez te has preguntado por qué los estudiantes tienen las habitaciones más ordenadas durante los períodos de exámenes? Cuando no sabemos por dónde comenzar, ¡incluso la limpieza parece una buena idea!

Cuando elegimos la opción predeterminada

En otro estudio sobre el proceso de toma de decisiones en humanos, unos 300 médicos fueron presentados con un paciente que tenía osteoartritis de cadera. A los médicos se les dijo que el paciente probó todos los medicamentos conocidos. Los investigadores preguntaron a los médicos qué harían.

En general, los médicos decidieron enviar al paciente a cirugía para una artroplastia total de reemplazo de cadera (si te fijas en este caso, solo hay una única opción que quedaba- la cirugía). Luego, de tomar dicha decisión, se les presentaron dos escenarios nuevos a los médicos:

  • En el primer escenario, a los médicos se les dijo justo antes de la cirugía que existía un medicamento más que el paciente no había usado para el problema de cadera existente. Se les preguntó a los médicos cómo procederían a la luz de esta nueva información. En este caso, la mayoría de los médicos (72%) cancelaron la operación y aconsejaron al paciente que probara el nuevo medicamento. Es decir, 28% de los médicos continuo realizando la cirugía.
  • En el segundo escenario, a los médicos se les dijo una vez más, justo antes de la cirugía, que había dos medicamentos que el paciente no había probado. En este escenario, muchos más médicos procedieron con la cirugía del paciente. Solo la mitad de los médicos decidieron probar las nuevas opciones (53%). Es decir, solo el 47% de los médicos continuo realizando la cirugía.

Al pasar de 1 a 2 medicamentos más para elegir, resultó en un aumento significativo en el número de médicos, que procedieron con la cirugía (la opción predeterminada).

La investigación demuestra que la procastinación es mayor con un aumento en las opciones y decisiones desafiantes. Las personas en tales casos a menudo eligen la opción predeterminada, que en este estudio fue una operación quirúrgica muy desagradable.

“Cuanto más complejo parece un problema de decisión, más tendemos a elegir la opción predeterminada” Dan Ariely, profesor de psicología.

No se trata solo de la dificultad de tomar una decisión

Otro problema inesperado es que cuando elegimos entre más opciones, hay una mayor posibilidad de lamentar nuestra decisión.

¿Cuántas veces has comprado un carro, y después de firmar, ¿te preguntas si el otro modelo o marca era mejor? ¿O cuántas veces, al vender tu casa, ¿te preguntaste si hubiera sido mejor venderla a otro precio?

El problema es que tendemos a pensar en lo que habría sucedido si hubiéramos elegido otra cosa. Seguimos pensando en cómo podría haber sido la vida con la otra opción y eso nos lleva a estar mucho menos satisfechos con lo que realmente elegimos.

Esto no es muy ideal cuando pensamos en qué universidad ir, cuál profesión seguir, cuál trabajo aceptar, o incluso sobre nuestra pareja para matrimonio.

Resulta que el arrepentimiento se presenta principalmente cuando la opción puede cambiarse retrospectivamente, es decir, cuando tenemos “abierta la puerta de salida”.

Cuando una elección es definitiva, la gente está más feliz con su decisión.

Lo complejo de esta paradoja es que la gente voluntariamente decide elegir los escenarios que conducen a tener la posibilidad de retractarse, y por ende, a una satisfacción significativamente menor.

Podría ser una razón por la cual un número creciente de parejas no está satisfecho y se divorcia. O la razón por la que hay tanta gente soñando con otro trabajo. Cuanto más fácil sea cambiar a la pareja o al trabajo, etc., menos satisfechos estamos.

¿Qué hacer entonces?

Al reconocer esta paradoja, hay tres factores que necesitas considerar en el momento de elegir:

  1. Tener claridad de lo que deseas alcanzar con dicha elección: ¿Para qué es que estoy realizando esta decisión? La claridad del objetivo te permite poder tener un horizonte firme por el cual trabajar.
  2. Definir la importancia relativa de las elecciones que debes tomar: ¿Qué tan valiosa es la decisión para mi?  Si reconoces su valor, es más posible que sea más definitiva la decisión.
  3. Reconocer tu capacidad para la toma de esta decisión: ¿En qué medida me veo capaz de tomar una buena decisión?  Si tu mismo reconoces tu capacidad, es menos probable que dudes sobre la decisión que tomes.

Al haber profundizado sobre el conocimiento de esta paradoja, cuéntame: ¿cómo lo puedes aplicar en tu día a día como líder? y ¿cómo la enfrentarías, para aumentar tu efectividad?

Déjame tu opinión o consulta en la sección de Comentarios. También podés seguirme en mis redes sociales: Twitter @pollysure y LinkedIn: www.linkedin.com/in/paolaseguraazuara

Estas son las referencias de los estudios:

  1. “Too many fish in the sea: A motivational examination of the choice overload experience”. Thomas L. Saltsman, Mark D. Seery, Cheryl L. Kondrak, Veronica M. Lamarche, Lindsey Streamer. Biological Psychology. doi: 10.1016/j.biopsycho.2019.03.010
  2. Defined Contribution Pension Plans: Determinants of Participation and Contributions Rates. Journal of Financial Services Research February 2007, Volume 31, Issue 1, pp 1–32| 
  3. Decisions and revisions: The affective forecasting of changeable outcomes. Gilbert, Daniel T.,Ebert, Jane E. J. Journal of Personality and Social Psychology, Vol 82(4), Apr 2002, 503-514
  4. Medical decision making in situations that offer multiple alternatives. Redelmeier DA1, Shafir E. JAMA. 1995 Jan 25;273(4):302-5.