Olimpiadas machistas 3: #Bodyshaming ¿Qué significa tener un cuerpo olímpico?

¿Un "cuerpo olímpico" debería verse de cierta manera? Algunos medios y espectadores piensan que sí. Veamos algunos ejemplos.

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¿Un "cuerpo olímpico" debería verse de cierta manera? Algunos medios y espectadores piensan que sí. Veamos algunos ejemplos.

1. La caricatura de la cerdita

Si googleamos "Alexa Moreno" no nos vamos a topar con sus más recientes logros en las Olimpiadas de Río 2016 ni con su historia de vida en los primeros resultados del buscador. Ella quedó marcada como la "gimnasta gordita" de esta edición de las justas deportivas.

Objeto de duros comentarios sobre su cuerpo, Moreno es la única mexicana clasificada a los Olímpicos en gimnasia. ¡La única de su país! Eso es un orgullo enorme. El salto de caballo es su especialidad y estuvo cerca de clasificar a la final de los Juegos Olímpicos.

Además de enfrentar la descalificación, se enfrentó a quienes la compararon con la caricatura de un cerdo y señalaron que "no tiene el peso adecuado" para ser gimnasta. Moreno está en la élite de la gimnasia mundial: quedó en el lugar 31 de 61 y aún así opacan sus habilidades y logros porque para algunos, no se ajusta a un estándar corporal.

El body shaming se ha apoderado de los Juegos Olímpicos y las mujeres son, indudablemente, las afectadas principales.

2. El "trio de gorditas"

El caso de Alexa no es el único que ha remarcado la tendencia de burlarse del cuerpo de aquellas mujeres que no entran en la lista de "las sexys de las olimpiadas". (Vean este post).

El diario QS Quotidiano Sportivo, con su título polémico "El trío de las gorditas roza el milagro olímpico" dejó la boca abierta y sensación de mal gusto. Por suerte, además dejó sin trabajo al director de esta publicación italiana.

¿Se imaginan un titular así para describir a un equipo conformado por hombres? Yo tampoco.

El equipo de tiro con arco, conformado por Guendalina Sartori, Lucilla Boari y Claudia Mandia, fue derrotado por el equipo de China y terminaron su participación en la cuarta posición.

La desición de desvincular al director, Giuseppe Tassi, se dio luego de que el presidente de la Federación Italiana de Tiro con Arco manifestara su molestia con el titular:

"Después de las lágrimas que estas chicas han vertido toda la noche, esta mañana, en vez de buscar el apoyo de la prensa italiana, tuvieron que sufrir también esta humillación", sostuvo Scarzella.

Sin duda, este titular en un periódico deportivo es una muestra de cómo una cobertura mal enfocada perjudica la dignidad de extraordinarias atletas.

Las mujeres paracticamos deportes para que se hable de nuestro desempeño y no que se nos represente en virtud de la apariencia física.

3. El ícono de hamburguesa

La cuenta de Twitter del diario deportivo Marca acompañó el titular de la historia de la portera de balonmano de la Selección de Angola, Teresa Almeida, con íconos de hamburguesas y papas fritas.

Al parecer, el community manager intentaba ser simpático "halagando" la destreza de la portera, sorprendido de ella pues pesa 98 kilos y mide 1.70 cm.

El artículo en su edición digital no se quedó atrás con el body shaming: "Tuvo un 34 por ciento de aciertos, pero lo que verdaderamente cautivó al personal fue su flexibilidad para el cuerpo que tiene".

Almeida asegura en la publicación que se siente bien con su cuerpo e incluso se calificó como "abanderada de la grasa". Sin embargo, nuevamente se ve opacado su desempeño deportivo - que por cierto es excelente- por una conversación generada por los medios sobre la forma de su cuerpo. Eso es lo que no se vale, el desvío de tema.

Además, el titular me parece fuera de lugar "Una portera sin complejos". ¿Debería estar acomplejada una atleta élite que consiguió llegar a los Olímpicos?

Por cierto, el artículo aporta el interesantísimo dato de que Almeida intenta adelgazar para entrar en su vestido de novia. Claro, eso tiene muchísimo que ver con su destreza en la portería, su acertividad y su flexibilidad. Periodismo de alta calidad, claramente.

Sobran los ejemplos de cómo se ha enfocado la cobertura en el cuerpo de las mujeres en lugar de en sus avances olímpicos. Sin importar si es para "elogiar" o para deslegitimar.

Es triste y debemos visibilizarlo. Recordemos que al inicio las mujeres no eran autorizadas a competir en las Olimpiadas, ni tampoco ser espectadoras.

Las primeras olimpiadas modernas datan de 1896 y no fue hasta el año 1900 en el que compitieron, por primera vez, 22 mujeres en tenis y en golf. Es decir, representaban el 2,2% de los atletas participantes. No fue hasta el 2012 que las mujeres pudieron participar en todas las disciplinas deportivas en las Olimpiadas.

No ha sido un camino nada fácil para las atletas femeninas. Por eso combatir el machismo y el sexismo en las coberturas - y en los comentarios en redes sociales- es tan importante.

No es justo que, tras un camino tan difícil para ser consideradas "dignas" de participar igual que los hombres, se desvíe la atención hacia el cuerpo de las mujeres y hacia sus méritos, que son incluso más grandes si consideramos todo este complejo trayecto histórico.

La atletas femeninas se enfrentan a una innegable presión por lucir de cierta manera y para encajar en las nociones preconcebidas de lo femenino. Lo más complicado es que hay veces en las que esas presiones no vienen de la sociedad, vienen de los dirigentes del deporte, como la vez que el presidente de FIFA, Sepp Blatter, sugiriendo que las jugadoras de fútbol deberían jugar en "atuendos más femeninos como lo hacen las de volleyball". ¡Ja!

¿Existe un estándar de cuerpo olímpico? No, no y no. Cada atleta saca el mayor provecho a sus atributos físicos para la disciplina que practica. Después de todo, lo que importa es el deporte.