Mantener constantemente la confianza y el enfoque en la filosofía de inversión, sea lo que sea que esté sucediendo en el mercado, confiar en la capacidad e historial demostrado por el asesor para implementarlo, se convierten hoy en día, en dos elementos importantes para la gestión de inversiones.
La volatilidad en los mercados financieros siempre ha existido y el caso más reciente se vivió en el año 2020 con el impacto del COVID-19; donde el VIX (índice que mide la volatilidad esperada en los índices accionarios estadounidenses en los próximos 30 días) se disparó cerca de un 200%. Sin embargo, a pesar de que se conoce que los mercados financieros tienen comportamientos cíclicos y que es normal que los precios de los activos suban o bajen como reacción ante distintas situaciones políticas, macroeconómicas o propias de los emisores, siempre como inversionistas es un reto controlar el efecto psicológico negativo que genera la incertidumbre.
Es aquí donde toma relevancia que el inversionista tenga claro, ¿cuál es la filosofía de inversión? ¿cuál es el objetivo u objetivos planteados con dicha inversión? y si dicho objetivo tiene un horizonte de inversión a largo plazo. Si el inversionista tiene claro esos puntos no debe preocuparse por la volatilidad del mercado en el corto plazo; porque ese comportamiento cíclico del mercado hará que más adelante haya una recuperación. Lo importante es tener la convicción que los activos o instrumentos de inversión seleccionados tendrán que dar los resultados esperados en el mediano y largo plazo, tomando en cuenta la capacidad e historial de éxito que haya tenido el gestor de inversiones, quien con su experiencia brinda la guía y el acompañamiento para seleccionar los activos y la estrategia de inversión que mejor se adecua a su perfil de riesgo como inversionista y a sus objetivos de inversión.
Los gestores de inversión no siempre van a tener la razón , sin embargo, siempre buscan construir carteras de inversión robustas a lo largo de un ciclo económico, intentando una diversificación adecuada de los activos en el mediano y largo plazo; para agregar valor durante los períodos en los que el mercado ha caído, asegurando una administración activa de la cartera que le permita comprar cuando los mercados están a la baja.
Invertir con convicción es darle mayor importancia a las capacidades de investigación y elección de los valores, que a la volatilidad de corto plazo de los mercados financieros, es tener claro que los mercados, en alguna medida, son el reflejo psicológico de los inversionistas que en situaciones de incertidumbre o pánico reaccionan por sus emociones, más allá de analizar si efectivamente su cartera o posiciones tienen la capacidad de reacción y la adecuada diversificación para enfrentar este tipo de situaciones que siempre van a existir en los mercados financieros.