Subir o no el límite del techo de la deuda traerá consecuencias para la economía norteamericana

El techo de la deuda es un umbral monetario que tiene el gobierno federal para tomar préstamos con el fin de cumplir sus obligaciones presupuestarias.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Las discusiones por el límite del techo de la deuda de Estados Unidos se han intensificado en las últimas semanas y el desenlace, que con alta probabilidad terminará en un acuerdo bipartidista, traerá consecuencias que se podrían sentir tanto a nivel de la economía real como de los mercados financieros.

El techo de la deuda es un umbral monetario – actualmente fijado en USD 31,4 billones – que tiene el gobierno federal para tomar préstamos con el fin de cumplir sus obligaciones presupuestarias, entre ellas; el pago de deuda, la atención de programas sociales, pagos de salarios, defensa militar, entre otros.

En reiteradas ocasiones se alcanza el tope aprobado y mediante una negociación política se acuerda aumentarlo o eliminarlo a través de una modificación legislativa. Esto se complica cuando el partido que domina la Cámara Baja del Legislativo es diferente al que se encuentra en el Ejecutivo. En este caso los republicanos, en la figura de Kevin MacCarthy, controlan la Cámara de Representantes mientras que los demócratas hacen lo propio en el Ejecutivo en la figura del presidente Joe Biden.

Particularmente en este año, la discusión se centra en la expansión fiscal que ha propiciado esta administración y la sostenibilidad de las políticas de subsidios planteadas para ciertos sectores económicos; en efecto, los republicanos buscan limitar el accionar de la política fiscal mientras que los demócratas buscarán mantenerla, todo en un contexto de campaña electoral.

Es de consenso entre los especialistas que se va a llegar a un acuerdo político para aumentar o eliminar el límite de la deuda. La pregunta es ¿qué tan pronto se logrará? Los especialistas han señalado que en algún momento de las primeras dos semanas de junio ocurrirá la “fecha X”, momento en el que la Secretaría del Tesoro ya no podría hacer frente a sus obligaciones, entre más se acerque esa fecha mayor incertidumbre se sentirá en los mercados financieros. Incluso existe la posibilidad de que la economía norteamericana caiga en un default y retrase sus pagos.

Precisamente el componente de volatilidad puede ser de los más palpables en todo este proceso, para poner un símil, en la discusión que se dio en 2011, el índice accionario S&P perdió un 15% de su valor. Ese año, el acuerdo bipartidista se alcanzó un día antes de la fecha estimada del no pago.

En estas negociaciones el acuerdo gira alrededor de recortes o redireccionamientos de la política fiscal, por lo que resultará interesante seguir el pulso del gasto del gobierno y su impacto en el crecimiento económico, que se ha visto afectado negativamente por la baja inversión y una dinámica menor del consumo privado.

Los rendimientos de los tesoros ya se están viendo afectos. En efecto, se ha observado un repunte en la parte corta de la curva, es decir aquellos con vencimientos a uno, tres y seis meses. Se espera que este comportamiento se mantenga hasta que se llegue a un acuerdo entre las partes, lo que abre un portillo para el arbitraje aprovechando los títulos con vencimientos antes y después de la “fecha X”, entendiendo todos los riesgos asociados a esta movida.

Un escenario más desesperanzador y menos probable es alcanzar un cese de pagos por parte del país norteamericano. En este caso la desvalorización de los títulos del tesoro podría afectar las carteras de los inversionistas, incluso se podría presentar una reducción en la calificación de la deuda soberana que movilice los recursos hacia otros instrumentos más seguros.

Los efectos sobre la economía real de conducir este escenario incluyen una disminución pronunciada en el PIB y las pérdidas cercanas a los 2 millones de trabajos podrían ocasionar una tasa de desempleo cercana al 5% según estimaciones realizadas por la empresa Moody´s.

— 

Pero aún con la consecución del acuerdo, es posible que se observen algunos efectos adversos sobre la economía, por cuanto el Tesoro deberá emitir deuda para atender sus necesidades más inmediatas, aumentando también el costo para financiarse, esta dinámica captaría liquidez de los merados financieros que se verían atraídos por las tasas, eventualmente afectando el financiamiento para la economía real.

Y precisamente los temas de la sostenibilidad de la deuda a largo plazo y el déficit fiscal han estado en el debate económico en los últimos años en Estados Unidos. Según la Oficina del Presupuesto del Congreso (CBO por sus siglas en inglés), se estima que el costo neto de intereses alcanzaría el 7.2% del GDP en el 2052, además, se estiman déficits primarios que cercanos a 4%, y una deuda total que alcanzaría el 185% del PIB para ese periodo. Estos números resultan insostenibles y exponen un problema que va más allá de aumentar o no el límite del endeudamiento.

Finalmente, para proteger sus carteras lo más importante es identificar y definir correctamente sus objetivos de inversión, esto va de la mano con una correcta asesoría que permita identificar los riesgos y la estrategia de inversión más oportuna de acuerdo con sus necesidades.