Acuerdo con el FMI ¿Cómo se transmitiría su impacto?

El desbalance fiscal costarricense se caracteriza por altas cifras fiscales, como el déficit financiero, y una dinámica creciente de la deuda. El impacto de una reforma, y en este caso de un acuerdo con el FMI, se transmite a través de los determinantes de estos indicadores.

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Economías con problemas en sus finanzas públicas requieren de reformas fiscales para lograr sostenibilidad. Dichas reformas tienen que estar dirigidas a los aspectos que generan el desbalance y su carácter debe ser, en la mayoría de los casos, estructural, con el objetivo de que la mejora se mantenga en el tiempo. Las medidas también pueden ser tanto de corto como mediano plazo para obtener resultados.

En el caso de Costa Rica, el país buscará un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por los beneficios, más allá de la reforma, que esto implica.

El desbalance fiscal costarricense se caracteriza por altas cifras fiscales, como el déficit financiero, y una dinámica creciente de la deuda. El impacto de una reforma, y en este caso de un acuerdo con el FMI, se transmite a través de los determinantes de estos indicadores.

Las medidas fiscales pueden estar dirigidas a la reducción del gasto del Gobierno, como el Proyecto de Ley Marco del Empleo Público propuesta en Costa Rica- que busca establecer un salario único-, o al fortalecimiento de sus ingresos, como la propuesta de la Renta Global Dual- que tienen por objetivos cobrar impuestos a todos los ingresos en el país. Es decir, buscan la reducción del déficit primario.

Una consecuencia paralela de la aplicación de una reforma es la mejora en las expectativas y confianza del mercado. Esto se transmite a través de una reducción del gasto en intereses, tercer componente del déficit fiscal. Esto es posible porque los inversionistas exigen menor rendimiento a los Gobiernos por la deuda que adquieren. El gasto de intereses también se puede contener a través de acciones puntuales, como la colocación de deuda con acreedores multilaterales (que prestan a las tasas más bajas).

La reducción de intereses y otros gastos, así como el aumento de los ingresos también inciden un menor endeudamiento actual, pues hay un menor déficit financiero que cubrir. Inclusive, si el país genera un superávit primario, sería el caso en el que se puede pagar amortizaciones con ingresos y no con mayor endeudamiento. Si esta dinámica se mantiene en el tiempo, es posible un cambio en la tendencia de la deuda. Es decir, la evolución de la deuda no solo depende de las decisiones actuales y coyuntura económica sino también de las decisiones pasadas.

Es importante notar, que la transmisión del impacto de una reforma sobre las finanzas públicas tiene implicaciones paralelas sobre nosotros como costarricenses. La contención del gasto ha repercutido sobre instituciones y programas del Gobierno. El aumento de impuestos afectó a la población en general y busca gravar en mayor proporción a aquellos con mayores ingresos. Todos somos parte de la solución necesaria para unas finanzas públicas saludables, con el objetivo de que el Gobierno pueda seguir invirtiendo de manera más eficiente y efectiva en el desarrollo del país.