¿Por qué Litio es la nueva fiebre del oro?

Sin litio no existiría la vida como la conocemos. Este metal es crucial para nuestros celulares, computadoras y automóviles (para quienes ya se despidieron de la gasolina). Estados Unidos está hasta 10 años detrás de China en el mercado de producción y procesamiento de litio en el mundo.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La fiebre del oro, o más bien las fiebres del oro, fueron distintos momentos en la historia, aunque sobre todo durante el siglo XIX, en los cuales miles de mineros trataron de hacerse ricos buscando oro principalmente en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Brasil.

La gran mayoría de mineros no logró generar ganancias que superasen sus inversiones (migración, equipos, personal, transporte), pero sí hubo varios que amasaron fortunas. Los sectores de transporte entre países y dentro de las naciones también experimentaron tiempos de bonanza.

La creencia o esperanza popular en Estados Unidos, parte de lo que se llegó a conocer como el “Sueño Californiano”, era que cualquier persona podía hacerse abundantemente rica de la noche a la mañana. Cualquier familia podía adquirir una casa propia en cualquier momento, con algo de suerte.

“El Sueño Californiano fue una relación amorosa con una idea. El matrimonio con un mito”, escribió James J. Rawls en su ensayo California, un lugar, un pueblo, un sueño.

Pues bien, en 2021, cuando alcanzamos el primer quinto del siglo XXI, hay una nueva fiebre incipiente por un metal que es, prácticamente sin exagerar, de vida o muerte: el litio.

“La fiebre del litio” mueve masas de dinero y abre oportunidades. Ya no es como con el oro, donde se hablaba de individuos y familias. Aquí es más un juego de corporaciones y naciones.

Países como Inglaterra comienzan a abrir sus tierras en busca del material, para no depender tanto de China, la potencia líder mundial de su distribución. Estados Unidos llega tarde, pero también indaga formas para entrar al juego con mayor presencia de la que ha tenido hasta ahora. Sus ojos están sobre el estado de Nevada y sobre iniciativas privadas. Y ojo: China no es el mayor productor de litio del mundo. Lo que hace es importar de los más grandes mercados, que provienen sobre todo de Chile y Australia, y es experta en procesarlo y crear el producto necesario para su mayor uso: las baterías de ion de litio.

Explicamos.

¿Qué es el litio?

Al litio lo estudiamos --aunque probablemente no lo recordemos-- en el colegio, en tiempos de la tabla periódica de los elementos.

El litio es uno de los metales alcalinos de la tabla. Es un elemento químico con símbolo Li y número atómico 3. Es el metal más liviano, con la mitad de la densidad del agua, y tiene excelentes condiciones para la conducción de calor y electricidad.

Este elemento es el ingrediente clave para las baterías que usamos todos los días en las computadoras portátiles, teléfonos celulares, vehículos 100% eléctricos (importantísimo mercado con tendencia a la alza por la transición energética del transporte, con potencias mundiales incentivando su compra y países como Noruega con más del 75% de vehículos totalmente eléctricos vendidos en 2020 en el mercado noruego total).

También se usa para producción de vidrio y cerámica, aires acondicionados, regulación de humedad, producción de caucho y tiene usos médicos (el carbonato de litio Li2CO3 se usa en el tratamiento de síndromes depresivos en dosis pequeñas).

En esto se usa principalmente el litio, actualmente, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés):

  1. Producción de baterías: 65%
  2. Cerámicas y vidrios: 18%
  3. Grasas y lubricantes: 5%
  4. Polímeros (como caucho sintético): 3%
  5. Sistemas de control de humedad y aire acondicionado: 1%
  6. Otros usos (como industria de aluminio, medicamentos, etc.): 8%

“Ligero y denso en energía, el litio es el ingrediente fundamental de las baterías y, como tal, sustenta la transición energética global de los combustibles fósiles a la electricidad. El litio nos permite almacenar energía renovable para usar cuando está oscuro o hace frío y no hay viento para hacer girar las turbinas. El litio también ilumina nuestro mundo digital, con sus baterías para computadoras portátiles y teléfonos móviles. Sobre todo, las baterías de litio más grandes alimentan las flotas cada vez mayores de vehículos eléctricos (EV) de la humanidad, que están reemplazando a los modelos de gasolina y diésel, cuyas ventas estarán prohibidas en el Reino Unido a partir de 2030”.

Eso apuntaun reportaje del pasado 11 de setiembre publicado en The Telegraph. La pieza aborda la posibilidad de una nueva fiebre del oro en Cornualles, esa región céltica del suroeste británico.

Por “fiebre del oro” entendemos la fiebre del “oro verde”, como se le llama al metal plateado que es el litio. El elemento del futuro pero también del presente.

En Cornualles, fue en 1864 cuando se descubrió que una fuente termal a 450 metros bajo tierra, cerca de una mina de cobre a las afueras de la ciudad de Redruth, tenía entre 8 y 10 veces más litio por cada galón que la encontrada en cualquier otra fuente con análisis documentados.

Naturalmente, en esos años el valor comercial del litio no fue tomado en cuenta, y dicha fuente termal pasó desapercibida por 150 años. Pero desde finales de 2020, muchas miradas de la industria del litio tienen sus ojos (y proyectos) vueltos hacia Cornualles. A falta de más estudios, hay expertos que estiman que Reino Unido podría albergar uno de los niveles de litio en aguas geotérmicas más elevados del planeta.

Dos grandes iniciativas esperan tener resultados más claros entre 2023 y 2024 para empujar mega inversiones en esa zona.

Producción mundial de litio

Estas son las reservas mundiales de litio en los principales países productores y procesadores, según información de 2021 de la USGS:

--Estados Unidos: 750.000 (toneladas métricas)

--Argentina: 1.900.000

--Australia: 4.700.000

--Chile: 9.200.000

--China: 1.500.000

--Zimbabwe: 220.000

--Mundo: 21.000.000 (de principales países productores y procesadores, incluyendo a Brasil, Canadá y Portugal)

Esta fue la producción minera mundial en 2020, de acuerdo con la USGS:

--Estados Unidos: dato privado no proveído por USGS

--Argentina: 6.200 (toneladas métricas)

--Australia: 40.000

--Chile: 18.000

--China: 14.000

--Zimbabwe: 1.200

--Mundo: 82.000 (de principales países productores y procesadores, incluyendo a Brasil, Canadá y Portugal)

Como señala The Telegraph, la producción de litio acarrea un estigma, porque mucho ocurre en las minas.

“Aunque históricamente hemos tenido (en Reino Unido) montones de minas, hoy la palabra ‘minería’ se ha vuelto sucia. Planear un nuevo sistema a través de Reino Unido es difícil”, indica la publicación.

En la actualidad, la mayoría del litio que se obtiene se extrae de minas de roca dura como las de Australia, o bien de depósitos de salmueras (agua con alta concentración de sal) subterráneos bajo la superficie de lechos de lagos secos, como los de Chile y Argentina.

Esas técnicas de extracción tienen su impacto en el uso de la tierra y el agua, y generan emisiones de carbono. Además, la producción y el procesamiento del litio es una actividad que se apoya grandemente en el transporte común de gasolina por aire, mar y tierra.

China, uno de los mayores fabricantes de material procesado para baterías de ion de litio en el mundo, envía millones de toneladas de litio concentrado desde las minas --provenientes usualmente del desierto de Australia Occidental-- hacia los puertos para enviarlos a trabajar en China. Desde el país asiático, el litio purificado recorre el mundo hasta las llamadas “gigafábricas”, que producen las baterías. El “oro verde” o “green power”, llamado así por su facultad central en la transición hacia energías limpias, necesita de una producción dependiente de las emisiones de carbono.

Esto irá cambiando. Debería cambiar en las próximas décadas, porque la extracción, producción y procesamiento actuales de este mineral es muy inferior a lo que se necesitará en un futuro cercano.

El ministerio de medio ambiente británico (Defra) estima que la necesidad mundial de litio se multiplicará por siete de aquí a 2030.

En Forbes, lo ven como una arista más en la evolutiva lucha entre China y Estados Unidos.

“La tecnología es un sector intensivo en consumo de materias primas como el litio, el cobre, el berilio o el coltán. Mercados donde China tiene una posición muy fuerte. El precio de estas materias primas y la capacidad de suministro es vital para poder mantener el desarrollo del sector. (...) Mientras China se convierte en el líder en el desarrollo de coches, autobuses y camiones eléctricos, por ejemplo, en EE.UU. aún no se abandona la idea del motor de combustión y se percibe a estos vehículos como un bien de lujo, dónde Tesla sería el máximo exponente. (...) “, publica Forbes.

Estados Unidos apenas está entrando a nivel país en el negocio de la producción de litio para la escala mundial. Lleva 5 o 10 años de retraso con China.

Otras potencias mundiales como Reino Unido, por el contrario, ya hacen estudios para encontrar dónde izar la nueva bandera de la fiebre del oro. Para no depender de China ni terceros, sino crear su propia “mina de oro”. De litio, pues.