Explicamos la reforma tributaria de Trump y sus efectos

A la puerta de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, analizamos los cambios y resultados de la reforma tributaria que Donald Trump logró aprobar en el primer año de su mandato.

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A finales de 2017, Donald Trump se llevó su primera gran victoria en el Congreso de Estados Unidos (EE.UU.): una reforma tributaria impulsada por él, llamada Tax Cut and Jobs Act, fue aprobada en una polémica votación que terminó con 224 votos de congresistas a favor, y 201 en contra, seguida por una votación de 51 “sí” contra 48 “no” en el Senado.

(En EE.UU., para que un proyecto de ley se apruebe, debe pasar por la revisión de las dos cámaras del Congreso: la Casa de Representantes y el Senado. El proyecto debe ganar por mayoría simple en ambos espacios, y posteriormente debe ser firmado por el presidente).

Explicamos los principales cambios de la reforma y sus resultados.

La reforma en 4 claves:

--Fue la mayor reforma tributaria de EE.UU. en 30 años.

--Se creó una tasa impositiva corporativa única del 21% (con un rebajo de 14 puntos porcentuales con respecto a la anterior).

--El recorte de impuestos promedio por individuo fue de aproximadamente $1.200 en 2018, según los casos recibidos y trabajados por la compañía de preparación de impuestos, H & R Block.

--Muchos beneficios fiscales de la ley para ayudar a las familias expiran en 2025.

Lo principal: cambios en las tasas de impuestos

Se mantuvieron los siete tramos del impuesto sobre la renta, pero en la mayoría de casos se redujeron las tasas.

Para las personas físicas, la tasa máxima cayó del 39,6% al 37%, mientras que la del 33% cayó al 32%, la del 28% al 24%, la del 25% al 22%, y la del 15% al 12%. La tasa más baja no se movió; permaneció en el 10%, y la tasa del 35% tampoco tuvo cambios.

Estas tasas de impuesto sobre la renta se aplican sobre el ingreso imponible. En EE.UU., el ingreso imponible sale del ingreso bruto, tras aplicar deducciones permitidas hasta tener un “ingreso bruto ajustado”. Entre estas deducciones están cuentas de ahorro para retiro, intereses de préstamos para estudiantes y otras contribuciones hechas para cuentas de ahorro para servicios de salud, entre otros.

En las siguientes tablas anotamos las nuevas tasas de impuestos que los estadounidenses pagarán entre 2018 y 2025:

Ojo: estas tasas fueron recortadas para las clases medias y ricas de forma regresiva y provisional. La reforma prevé que vuelvan a ascender en 2025. Después del 31 de diciembre de 2025, la tabla de tasas del impuesto sobre la renta de las personas físicas está configurada para volver a los niveles y tasas anteriores a la reforma. Es posible que el Poder Legislativo busque conservar algunas de las tasas nuevas, según el think tank Tax Foundation, pero de no hacerlo, muchos hogares verían sus impuestos aumentar significativamente en 2026.

Ojo 2.0: el PIB per cápita en EE.UU. en 2019 fue de $65.120.

En términos prácticos, esta reducción de tasas de impuestos se tradujo en ahorros para millones de estadounidenses a la hora de pagar tributos. Para 2018, el primer año de entrada la ley en vigor, el ‘think tank’Tax Policy Centercalculó estos datos:

--La rebaja en el pago de impuestos llegó al 80% de los contribuyentes.

--El grupo con ingresos entre los $50.000 y los $86.000 vio un recorte de casi $1.000 anuales a la hora de pagar impuestos.

--Para el grupo más adinerado del país, con ingresos que superan los $730.000, el rebajo en impuestos fue superior a $50.000.

--Los ciudadanos con menos ingresos, eso sí, no vieron cambiar su situación. En este plano, la reforma apoyó a la clase media y a la clase rica, pero no contempló beneficios adicionales para los más empobrecidos.

Bajón de 14 puntos porcentuales (pp) en el impuesto a corporaciones y empresas

La tasa federal del impuesto sobre la renta a corporaciones pasó del 35% al 21% con la reforma. Sin embargo, las empresas que operan en EE.UU. encaran también otra capa de impuestos sobre la renta según las políticas de estado. Sumando estos, en promedio, el impuesto sobre la renta para empresas incluyendo los impuestos estatales, es de 26,5% (esto coloca a EE. UU. justo por debajo del promedio ponderado de los países de la Unión Europea (26,9%).

En EE.UU. existe un “ingreso imponible” para las empresas. Este se saca del ingreso bruto menos deducciones permitidas como algunos gastos ordinarios o necesarios. Por ejemplo, todos los gastos que son imperativos para lograr que el negocio opereson deducibles.

A diferencia de las tasas de impuestos para individuos, esta tasa del 21% para corporaciones y empresas no vence.

El promedio de este impuesto en países de la OCDE era del 25% a finales de 2018.

Con esta reducción en el impuesto, se busca que las empresas tengan más dinero para realizar más inversiones, contratar a más trabajadores o mejorar las condiciones laborales de sus empleados.

Repatriación de capitales

Otra de las apuestas de la reforma era fomentar que los $2.600 millones en beneficios que grandes empresas estadounidenses tienen en el extranjero regresen poco a poco a Norteamérica.

La reforma de Trump estipula que las empresas estadounidenses que tengan inversiones en otros países podrán repatriar dichos capitales y pagar una tasa de 8% por concepto de impuesto sobre la renta para aquellos activos que no son dinero, mientras que para el efectivo la tasa es de 15,5%.

“Se planea que las multinacionales estadounidenses regresen sus flujos de capital y, en el escenario ideal, inviertan en la economía estadounidense”, escribe El Economista.

Las empresas tienen una ventana de ocho años para acogerse a esta tasa de traslado de activos reducida.

Dos años después de la entrada de la reforma, la medida ha funcionado en cierta medida, apunta el Wall Street Journal (WSJ).

“Las empresas estadounidenses han transferido más de $1.000 millones de sus subsidiarias a sus matrices en EE.UU., pero las sumas son mucho más bajas de lo que predijo Trump. Además, en general, las empresas continúan acumulando beneficios en el extranjero”.

Lo que explica el WSJes que, en gran medida, el capital repatriado son ganancias anteriores que empresas de EE.UU. tenían en el extranjero. Lo hacen ahora aprovechando que hay menos impuestos para enviar sus ganancias. Pero las grandes empresas no están repatriando sus operaciones necesariamente. De hecho, el WSJ señala:

“La reserva de ganancias extranjeras (de empresas de EE.UU.) está creciendo nuevamente, no disminuyendo, aunque más lentamente de lo que solía hacerlo. Eso plantea la pregunta de cuán exitosamente la ley está impulsando a las empresas estadounidenses a trasladar más de sus operaciones a los EE. UU.”

Ojo 3.0: la reforma tributaria es amplísima y abarca muchos terrenos. Explicamos los principales, que tocan el bolsillo de familias y empresas. Pero podés revisar toda la reforma dando clic aquí.

Resultados positivos y negativos

Jaime García, investigador y economista del Incae y de Social Progress Imperative (SPI), valora que, entre los aspectos positivos generales que esta reforma tributaria supuso, están el ahorro de dinero que pudieron hacer los ciudadanos y la simplificación del proceso de declaración de impuestos.

“Si usamos el 2019 como base, se encuentra que casi el 65% de los contribuyentes individuales obtienen un recorte en sus pagos de por lo menos $100 en promedio, aunque hay grupos de ingreso (arriba de $75.000) donde más del 70% obtienen recortes superiores a los $500. Así que podemos decir que en general el contribuyente gana al tener que pagar menos impuestos. En un entorno de crisis del consumo como el actual es una buena noticia”, explica García.

Además, apunta el economista, la reforma de Trump fue relativamente simple de asumir y entender en cuanto a los impuestos para las familias. Un indicador que muestra este dato es que hubo un aumento del 2,3% en la cantidad de declaraciones de impuestos presentadas electrónicamente por los propios contribuyentes (según datos de IRS --el Servicio de Impuestos Internos-- de 2019).

Uno de los mayores logros evidenciados tras la reforma fue la disminución del desempleo.

El índice de desempleo bajó significativamente. Cuando la reforma entró en vigor, el índice de desempleo en la población activa era del 4,1%. Comenzando enero de 2020, el índice estaba en 3,5%. Una de las mejores estadísticas en la historia reciente del país.

Sin embargo, como podemos ver en el cuadro, la pandemia por el coronavirus afectó duramente este dato a partir de marzo del 2020, cuando el índice sube a 4,4% y se dispara a 14,7% en mayo de 2020. Luego, bajó a 8,4% en julio.

Las empresas ahorraron dinero con la nueva tasa corporativa que pasó del 35% al 21%.

--Walmart ahorró $1.600 millones en los primeros tres cuartos del 2018.

--Bank of America ahorró $2.400 millones en el mismo período.

--AT & T ahorró $2.200 millones y Apple tuvo ahorros por $4.500 millones.

De hecho, durante ese año, cientos de empresasprometieron nuevas contrataciones y aumentos de salarios, publicó el New York Times, pero no todos los casos fueron color rosa.

Apple prometió contratar a 20.000 personas tras la aprobación de la ley, y contrató a 6.000 en 2018.

Walmart incrementó en 2018 su pago mínimo a empleados de $10/hora a $11/hora. En el 2020, lo aumentó a $12/hora. También dio más bonos de $1.000 por cumplir objetivos a sus empleados, pero hasta finales de 2018 no hizo planes de añadir puestos de trabajo.

Bank of America, aunque también mejoró condiciones laborales para sus empleados, registró el despido de 5.000 personas en 2018, el primer año en práctica de la reforma.

AT & T dio bonos a sus empleados por un total de $200 millones en 2018, y aportó unos $800 millones para los fondos de pensión y salud de sus empleados, pero cortó 10.000 puestos de trabajo ese año, según el New York Times.

Es decir, algunas de las más grandes empresas de EE.UU. sí beneficiaron a sus trabajadores, y algunas contrataron a más personal, pero también hubo despidos.

Para Eduardo Ulibarri, periodista y diplomático representante permanente de Costa Rica ante Naciones Unidas entre 2010 y 2014, los resultados de la reforma son mixtos, pero “esencialmente negativos”.

En la parte positiva, considera Ulibarri, la baja del impuesto a las corporaciones fue como una inyección de adrenalina en una economía “ya en franco proceso de recuperación, una vez superados los efectos de la crisis de 2008-2009”. Esto hizo que mejorara todavía más el empleo y, como consecuencia, que se produjera un ligero incremento en las remuneraciones.

“En la parte negativa, está que el endeudamiento federal ha crecido a niveles nunca vistos, algo que se ha agravado por la pandemia”, explica Eduardo Ulibarri. “Además, el PIB no ha tenido un comportamiento precisamente dinámico; más bien, el impacto de gran alza se ha concentrado en los mercados accionarios; es decir, un gran dinamismo en la economía financiera, pero no en la real: ‘Wall Street, no Main Street’. Las clases medias, por su parte, no han visto mejoras significativas en sus niveles de impuestos; por esto, se dice que fue una reforma más dirigida a favorecer los sectores más acaudalados y las corporaciones que a la mayoría de la gente”.

Siguiendo esta misma idea, Jaime García valora que la reforma “beneficia más a los más ricos”.

“Se ha encontrado que los percentiles de ingreso 95 y 99, los que ganan entre $308,000 y $733,000 anuales, son los que tienen mayores beneficios. En contraste, el 20% con los ingresos más bajos prácticamente no tienen beneficios por los ajustes. Así que la reforma tiene impactos distributivos”.

Además, indica el investigador, la reforma hace que aquellos que obtienen sus ingresos por inversiones y no por salarios, pagan menos impuestos que los asalariados.

“La reforma tiene un sesgo a favor de los inversionistas. Esto afecta principalmente a muchos profesionales y pequeños empresarios que meten sus ganancias como ingresos personales y no como ingresos corporativos.”

Cabe destacar que ese percentil más alto de ingresos es donde se encuentra Donald Trump; multimillonario.

Tras cumplirse más de dos años de la reforma tributaria de Trump, el Business Insider comparó algunas promesasque hizo su gobierno para promover la ley, versus la realidad. Levantamos cinco datos de su comparativo con cifras oficiales:

Ojo 4.0: estas cifras llegan a mediados de 2019. La pandemia de la covid-19 ha alterado negativamente casi todos los índices económicos en EE.UU. y el mundo.

1-- Trump dijo que el PIB crecería un 3% en el primer año de la ley, pero el promedio fue 2,4%. De todas formas es un incremento notable en comparación con el año anterior.

2-- Trump prometió que el recorte de impuestos sería un gran impulso económico para las familias de clase media --gracias a ahorros por el pago de impuestos y a mejoras en salarios y bonos en general en el país--. Pero aunque sí hubo un incremento para los bolsillos de las familias, este no fue de $4.000 más por año en las finanzas, como anunció el Ejecutivo. Para lograr esto, el incremento en el promedio de ganancias por horas-trabajo debía ser del 7,8%, pero más bien osciló entreel 2,8% y el 3,6%. De nuevo, aunque no se cumple lo previsto por Trump, sí hubo un incremento notable.

3-- Las inversiones de empresas crecieron en los primeros meses de la ley, pero han decrecido en el último año y medio; antes de la pandemia. Expertos creen que esto puede estar asociado a la “guerra comercial” de Trump con China.

4-- La confianza de los consumidores ha ido a la alza y a la baja desordenadamente desde la aprobación de la ley.

5-- El índice de manufactura, que mide niveles de producción cada mes en EE.UU., sigue cayendo a pesar de buenas noticias en cuanto a nuevos empleos en el sector. En 2018, se registraron 20.000 nuevos empleos en manufactura cada mes. La cifra más alta en tres décadas. Pero los productores locales sí han sufrido golpes a sus finanzas debido al enlentecimiento en el mercado mundial, y a los desencuentros entre Washington y Pekín.

Para el especialista Eduardo Ulibarri, el proteccionismo, las disputas comerciales con Chinay la covid-19 han generado una “complicación monumental” a la administración Trump, y a su reforma tributaria.

“A estas alturas pareciera que el argumento de una economía próspera y dinámica ha perdido fuerza como impulso a la candidatura de Trump. Creo que él y sus estrategas lo han entendido, porque no ocupa un lugar central en su estrategia de campaña. La discusión sobre la campaña se ha desplazado hacia otros temas: covid-19, racismo, violencia, carácter de Trump, más que hacia la economía. Creo que es en estas dimensiones donde más se determinará el resultado”, subraya Ulibarri.