Tica halló en la venta de chifrijo la forma de quedarse en España

Gianninna Ortega llegó hace cuatro años a Madrid como estudiante, pero una amiga la convenció de vender comida y ahora tiene su propio restaurante

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Madrid, España. El calendario anunciaba el 11 de octubre del 2018. Gianninna Ortega era una periodista que trabajaba en el Servicio de Emergencias 911, pero en esa fecha, la misma de su cumpleaños número 29, llegó al Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en España.

Nunca había volado a Europa; de hecho, en su historial de viajes solo aparecían dos sellos: el de una visita a Guatemala como turista y el de salida de Venezuela, cuando apenas tenía tres meses de edad, pues nació en San Cristóbal de Táchira (oeste), donde sus padres ticos vivieron durante siete años por motivos laborales.

Con mucho optimismo, fe en sí misma y un deseo desbordante por aprender y vivir una nueva experiencia, Ortega cursó una maestría en Comunicación Corporativa y Responsabilidad Social.

Fueron 10 meses intensos de clases, que le forjaron el carácter necesario para no dejar nada al azar y atreverse a buscar una oportunidad, que cuando apareció, le cambió la vida.

El pasado lunes 3 de octubre, en la céntrica y viva Plaza Mayor en Madrid, Gianninna reveló a La Nación algunos detalles de su vida en ese país.

Una vez que acabó la maestría, los deseos por seguir en Madrid se hicieron inmensos y buscó la forma de hacerlo de forma legal. Pero había un gran detalle por resolver, necesitaba algún ingreso económico porque no habría perdón si atrasaba el pago de la renta o si iba sin dinero al supermercado.

En esos momentos, Gianninna al fin aceptó hacerle caso a una amiga, quien le había insistido que vendiera comida.

”Yo le decía que quién me iba a comprar y ella decía que yo cocino bien. Empecé con chifrijos”, narró.

Ticos que ni siquiera conocía la contactaban, mediante un chat de WhatsApp, le hacían el encargo y se veían en una estación del metro de Madrid donde ella les entregaba la comida.

Fue tan exitoso el proyecto que abrió un restaurante, donde también ofrecía gallo pinto, vaca negra, tamales y otros productos. Dice que españoles que han visitado Costa Rica están entre sus clientes.

Su negocio lo tiene cerrado por ahora, pues hace siete meses nació su hija Mía; sin embargo, lo reabrirá el 1 de diciembre. Se llama Puntico y estará en la segunda planta del Mercado Barceló en Madrid.

En el siguiente video, Esta joven oriunda de Hatillo 8, en San José, da más detalles de su vida en España.

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