Llegamos a Albania a las 3 a. m. y todo estaba cerrado. ¿Qué hacemos?

Viajamos en transporte público de noche entre Skopje, Macedonia del Norte, y Tirana, Albania. El itinerario decía que llegaríamos a las 6 a. m., pero no fue así. ¿Qué hacer en una ciudad desconocida a esa hora, con la estación de buses cerrada?

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

---

Tirana, Albania. El viaje por los balcanes fue inolvidable. Lo empezamos en Sarajevo, capital de Bosnia Herzegovina, y de ahí tomamos un bus a la ciudad bosnia de Mostar.

Luego, cruzamos a Montenegro, también en autobús, de ahí seguimos por tierra a Kosovo y a Skopje, Macedonia del Norte.

La siguiente parada era Tirana, Albania. No fue sencillo comprar por Internet los tiquetes de autobús, pero buscando y rebuscando, lo logramos.

Eran las 9 p. m. cuando debía salir el bus de Skopje y el itinerario indicaba que llegaba a Tirana a las 6 a. m.

Últimamente no ando Internet al viajar, excepto donde hay redes inalámbricas gratuitas.

En Tirana, nos iba a esperar Marlise Sánchez una costarricense que vive allá, con su esposo Enian Cela. Pero íbamos a llegar a las 6 a. m.

No obstante, llegamos tres horas antes. ¿Qué hacer en una ciudad desconocida, sin Internet y donde la estación de autobuses estaba cerrada?

No quedó más que caminar y buscar algún sitio abierto para esperar que pasara el tiempo. Por suerte, Albania es un país sumamente seguro; lo comprobamos ese día.

Un bar fue nuestra salvación. Como no tomó nada de licor, pasé las horas con un par de cafés.

En el video que acompaña esta nota, podrá sentir nuestra misma adrenalina y ser testigo de todo lo que nos ocurrió.