Heididorf, Maienfeld (Suiza). Apenas empezamos a caminar por el primer trillo fue imposible sacar de mi cabeza una canción de mi infancia que revoloteaba con fuerza: ”Abuelito dime tú, qué sonidos son los que oigo yo; abuelito dime tú, por qué en una nube voy; dime por qué huele el aire así, dime por qué yo soy tan feliz, abuelitoooo… nunca yo de ti me alejaré”.
Cada vez sonaba con más potencia, mientras tenía hacia mi izquierda los hermosos Alpes suizos y a la derecha veía el pueblo de Maienfeld. Estaba empezando el camino que me llevó a cuando era chiquillo y veía en el viejo televisor a colores la fábula de Heidi.
Sí, porque la casa de Heidi en la pradera sí existe y está en Suiza, en el increíble Heididorf, con paisajes fabulosos. La escritora suiza Johanna Spyri posiblemente no tuvo mayor dificultad para inspirarse en esa región al escribir el cuento Heidi, que luego fue inmortalizado al ser convertido en dibujos animados japoneses.
Heidi era una niña de ocho años que quedó huérfana y la llevaron a vivir donde su abuelo, que aunque un poco gruñón, muy rápido se dejó conquistar por las travesuras y forma de ser de su nieta, que conmovió a miles de personas.
Quizás no es tan sencillo acceder en transporte público a este lugar aunque tampoco imposible. Desde Zúrich u otras regiones suizas puede llegar en tren a Maienfeld. De ahí, hay que subir un poco más hasta llegar a Heididorf, la Villa de Heidi. En ese sitio y pagando una entrada de unos €15 (cerca de ₡11.250) puede ingresar a la casa réplica de Heidi, a la de su amigo inseparable Pedro y a otros atractivos.
Ahí también está la fuente pileta de donde tomaban el agua y están las cabras. La favorita de Heidi era Copo de Nieve.
Pero la aventura apenas comienza en ese sitio. Si tiene un poco de condición física puede hacer lo que hicimos nosotros. Tomamos algunos trillos y un camino que podríamos llamar el sendero de las aventuras de Heidi. Sí, por el que bajaba y subía para ir al pueblo.
El trayecto es un poco pesado debido al fuerte ascenso sin descanso. Pero más o menos en 90 minutos puede llegar a la verdadera casa de Heidi, la que inspiró todo lo que conocemos de esta niña fantástica.
Ahora está convertida en un restaurante, que mantiene la estructura y colores que vimos en la televisión, al pie de los Alpes. En el camino había una desviación hacia la casa de Pedro, pero nosotros no nos desviamos.
En el siguiente video les doy más información y les muestro la casa de Heidi en la pradera.