¡De todo nos ocurrió en Manila, Filipinas!

Pocas veces nos ocurren tantas cosas divertidas en una ciudad desconocida: nos perdimos, anduvimos en un tren aéreo repleto de gente y hasta fuimos cobradores en un yipni

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Manila, Filipinas. Llegamos de noche a esta bulliciosa y muy calurosa ciudad un día de octubre del 2019. Teníamos reservado un hospedaje cerca del Aeropuerto Internacional Ninoy Aquino, pues dos días después de nuestro arribo saldríamos hacia Shanghái, China, muy temprano.

Cuando se llega a una ciudad desconocida, sobre todo tan poblada como Manila (25 millones de habitantes), es inevitable tener un poco de inquietud, máxime que solemos andar sin Internet, y obviamente sin guías, solo con nuestro instinto, la orientación de las personas y mapas que se usan sin conexión a Internet.

Muchas veces no es tan fácil debido al idioma, pero siempre se logra. Un ejemplo fue este viaje a Manila.

Nuestra idea era ir a la ciudad, a la zona llamada Intramuros, donde está la parte histórica. Para ello, debíamos abordar un yipni hasta el centro, de ahí el tren aéreo y caminar. Parecía fácil.

Quizás no sepa qué es un yipni. Es un medio de transporte público muy popular en Filipinas, pintados de forma colorida y muy escandalosos. Tiene dos asientos largos en el cajón y ahí viajan los pasajeros. Como mido 1,80 m, para mí no era muy cómodo.

Cuando el yipni llegó a la ciudad, no sabíamos hacia dónde caminar para llegar a la estación Baclaran, para tomar el tren aéreo. Una joven nos ayudó para no perdernos más.

Luego, viajamos en ese tren aéreo repleto de pasajeros; lo difícil fue bajar al llegar a la estación Naciones Unidas. Regresamos por la noche, con la misma incertidumbre de perdernos. Cuando encontramos el yipni, fuimos los primeros en subir… cuando llegaron más pasajeros, mi esposa Nancy no tuvo otra salida que ser la cobradora, con monedas que desconocía por completo… ¡quizás dio mal los vueltos! Pero no les cuento más, mejor les dejo las pruebas en este video.

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