Es muy normal que los corredores recreativos bajemos la guardia y que salgamos de vacaciones durante el mes de diciembre: comemos un poco más, y entrenamos un poco menos. Sin embargo, mientras la gran mayoría se prepara para recibir el nuevo año, un grupo de personas celebramos de una manera menos ortodoxa.
Desde hace muchos años, el 31 de diciembre se realiza la carrera San Silvestre. Esta es una competencia muy popular entre los corredores porque es la última del año y se hace simultáneamente en varios países. En Costa Rica es una carrera de 10.4 km, en el que los competidores buscan mejorar sus tiempos, y se preparan a recibir el Año Nuevo dispuestos a entrenar para más maratones y carreras. Y sí, la clásica San Silvestre es una carrera en asfalto.
Bueno, acá va mi secreto: nunca me inscribo a carreras en asfalto. Cuando tengo que entrenar y no queda más alternativas, pues corro en la calle; pero no es algo que me guste.
Respeto mucho a los que sí lo hacen, y pienso que tienen unas rodillas muy valientes.
Este año tuve el 31 de diciembre libre de compromisos, y me topé con la San SilvesTrail, que no se parece en nada a la de asfalto (bueno solo un poco en el nombre). Esta carrera la organiza el equipo de atletismo de montaña, Exotic Trail. No lo pensé mucho y me inscribí cuando apenas quedaban dos campos para la de 19 km. La inscripción costó 15 mil colones.
Hablé con Valeria Meneses, una de las organizadoras del evento, quien me contó por qué la bautizaron así. “La San SilvesTrail es el nombre digamos original que le pusimos acá en Costa Rica, para que no fuera como la original de Brasil”. La principal característica de esta carrera es que se realiza en Tobosi del Guarco en Cartago, y el 99% es trail, con una ganancia de altura de 1100 m en los 19 km de recorrido. No es una carrera para multitudes, apenas fuimos 130 personas (40 corrieron 19K y 90, la de 11K).
Un amigo me recogió de casa una hora antes del inicio de la carrera. Fue un viaje relajado, a diferencia de otras competencias esta vez quería ser cuidadosa, iba a ir “al suave”. Llegamos muy temprano, hacía mucho frío, y el ambiente era lindísimo.
Pero ¿por qué hacen esta carrera? Valeria fue enfática, esta carrera se hace sin fines de lucro, con el apoyo de amigos y familiares. “Apoyamos centros de animales rescatados, hogares de adultos mayores, niños en riesgo social y atletas de bajos recursos para esto es Exotic Trail además de brindarle salud, actividad física y compartir en la naturaleza a las personas”.
Diciembre no se caracteriza por sus lluvias; sin embargo, en una carrera de montaña no podemos confiarnos. Me topé con varias “trampas” en la ruta en las que quedé atorada por algunos minutos. Dos muchachas me toparon cuando estaba tratando de sacar mis zapatos que se habían quedado enterrados en barro y boñiga. Hablamos un rato. Las dejé pasar porque quería disfrutar incluso de eso: liberarme lentamente, sola y sin el estrés de la competencia.
130 personas en una carrera puede parecer un número muy pequeño, pero la principal razón por la que las inscripciones fueron limitadas, según me indicaron los organizadores, fue que se buscaba minimizar nuestro impacto en la montaña, además que querían darnos a todos los participantes la mejor experiencia. La inscripción cubría: dorsal, cinco puestos de control (con agua, hidratantes, variedad de frutas, y repostería) y un almuerzo al cruzar la meta.
Dicen que a la San Silvestre (la oficial en Costa Rica) asistieron miles de personas, algunos inscritos y otros no. En la San SilvesTrail no fuimos miles, pero nuestros corazones latieron como miles al alcanzar cada cima, con las tenis cubiertas de barro y saltando sobre cada charco que nos encontramos.