Mil motivos para agradecer

Muchas veces nos cuesta agradecer lo logrado y solemos ver el punto rojo en la pared blanca, enfocándonos en lo que nos faltó o no pudimos concretar

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El cierre del año es el momento justo para hacer balance y reflexionar sobre lo alcanzado y lo pendiente en las diferentes esferas de nuestra vida. Muchas veces nos cuesta agradecer lo logrado y solemos ver el punto rojo en la pared blanca, enfocándonos en lo que nos faltó o no pudimos concretar.

Hay quienes dicen que ser feliz es muestra de agradecimiento, pero en realidad es a la inversa. Una investigación de la Universidad de Minnesota sugiere que el nivel de agradecimiento se hereda en un 40%. Entonces, surge la duda: ¿tenemos una predisposición a la gratitud o es algo que necesitamos cultivar deliberadamente?

En primer lugar, observa tu mundo día a día desde el agradecimiento. Te sorprenderá saber todo lo que damos por sentado. Tal y como diría Lao Tse, "la gratitud es la memoria del corazón". Respirar, comer, percibir emocionado un amanecer, abrazar a quienes queremos, todo es digno de ser agradecido.

Luego, es importante tomar consciencia del lenguaje y de las historias que nos contamos. Cambia las palabras y el enfoque de cada situación. Aunque haya días malos, incluso esos tienen al menos algo bueno.

Haz lo propio con tu mente. ¿Sabías que diariamente tenemos un promedio de 60.000 pensamientos y la mayoría son negativos?

Vamos a revertir las estadísticas pensando en lo mejor que podría pasar, en vez de en todas las opciones catastróficas que vienen naturalmente a la mente.

Finalmente, una forma de conectar con el agradecimiento es pensar desde la abundancia. ¿Por qué no hacer algo para agradecer al mundo nuestras bendiciones? Es maravilloso agradecer que podemos ayudar a otros, en vez de necesitar ayuda.

Debemos encontrar la mejor forma de agradecer, especialmente en estas épocas, donde lo materialista, los regalos y los símbolos externos están a la orden del día. La mejor huella no está en un objeto, sino en un recuerdo, en una experiencia.

No debemos conformarnos, ni descartar la mejoría o la superación, sino tomar en cuenta lo conseguido, reconocer lo que ya tenemos, dar gracias por ello y sentirnos bien. Agradecer el hoy, para vivir intensamente el momento presente. ¡Gracias, 2019! ¡Bienvenido, 2020!