Se veía venir: desde el año pasado, cuando al teniente Horatio Caine le llegó el aviso de que debía empacar sus cosas en Miami, el futuro de Mack Taylor quedó hipotecado.
Ahora ya es noticia confirmada que Mack y el resto de policías criminalistas de CSI: Nueva York se quedaron sin trabajo, pues su serie es quizá la cancelación más sonada de la emisión televisiva del 2013.
Tras nueve temporadas al aire, la cadena CBS cedió ante el decline en popularidad del programa y lo pasó por la guillotina. La sorpresa por el anuncio es mínima, pues desde que en el 2012 se le diera la eutanasia a su hermana CSI: Miami quedó claro que la franquicia de científicos combatientes del crimen ya no era una prioridad para la empresa.
Ahora la única sobreviviente es la original CSI , la de Las Vegas, que se mantiene estable en su sintonía a pesar de los constantes cambios en su personaje principal (William Petersen cedió su espacio a un fugaz Laurence Fishburne, quien a su vez heredó el puesto al actual residente, Ted Danson).
La pérdida de potencia del otrora poderoso fenómeno CSI es una señal de los tiempos, una evidencia del cambio en el gusto del público. Si en su momento las explícitas autopsias mostradas en estas series eran criticadas por su “fuerza”, hoy se quedan cortas frente a la crudeza con la que se tratan los contenidos en series como The Following o Hannibal , por citar dos casos muy extremos.
Sin embargo, en el balance tras casi una década al aire, Mack y compañía pueden marcharse con la frente en alto: cultivaron seguidores, generaron buen dinero en ingresos publicitarios y se garantizaron una larga vida en repeticiones, dado que el público sí se encariñó con la serie.
Tantos buenos recuerdos de parte de los neoyorquinos es algo que se desean otros programas que fueron cancelados también este mes y que, para su mala suerte, serán más recordados con pena que con gloria.
Entre los grandes fiascos del 2013 podemos recordar a Vegas , la buena serie sobre la ciudad de los casinos que marcó la breve estancia de Dennis Quaid en la televisión.
Uno que sigue sin pegarla es Matthew Perry, pues desde que salió de Friends se peleó con la sana sintonía. Su más reciente serie, Go On , no pasó de la primera temporada (algo que ya le había pasado con otras dos producciones).
También cayeron en el paredón de fusilamiento a una joven edad programas que acá se transmitían como Smash, Up All Night, Body of Proof, Last Resort y Touch . A ellos se unieron series de larga data que finalmente se quedaron sin gasolina pero pudieron despedirse de un modo digno, como Gossip Girl, 30 Rock, Fringe , la nueva versión de 90210, Burn Notice, The Office y Private Practice .
A todos los que sirvieron para nuestro entretenimiento, las gracias eternas. 1