Viven en cine los criminales pequeños

La Alianza Francesa, en San José, barrio Amón, abre su ciclo de cine para el mes de mayo con la presencia de gánsteres como personajes

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Hoy, viernes 7 de mayo, la Alianza Francesa da lugar a los Viernes Cinéfilos con nueva temática, bajo el título unificador de Poca monta: pobres y pequeños criminales .

Se trata de una mirada al cine gansteril desde personajes menos conocidos en las leyendas policiales. El ciclo se da cada viernes a las 6 p. m., con entrada gratuita y con películas en DVD, en pantalla grande.

Entre juegos. Hoy se exhibe el filme Bob, el jugador (1956), de Jean-Pierre Melville, y narra la historia de Bob, viejo gánster, quien no puede decir que no a una partida de cartas. Retirado de la vida criminal, tiene por amigo y protegido a Paulo, delincuente que lo invita a participar en un nuevo golpe. Un golpe que puede ser el mayor en su apagada vida.

El viernes 14 sigue El dinero (1983, del gran Robert Bresson), filme donde el dinero pasa de mano en mano, y embarra a cada uno con un barniz de culpa. Apenas un puño de dólares es suficiente para truncar la vida de Yvon, muchacho honesto y tranquilo. A partir de un relato de León Tolstoi, este filme duro y pesimista es el último del extraordinario director francés Robert Bresson.

El 21 de mayo sigue El hombre del tren (2004, de Patrice Leconte). Un hombre, Milan, baja de un tren, en una ciudad que nunca visitó antes, para participar en el atraco a un banco. Conoce a Manesquier, profesor de literatura jubilado, que está a unos días de una operación del corazón muy delicada. Rápidamente se convierten en amigos, acaso porque cada uno quiso tener la vida del otro.

Finalmente, el viernes 28, se exhibe el filme Mi corazón ha parado de latir (2005), de Jacques Audiard. Es la historia de Tom, quien se dedica al más turbio negocio inmobiliario; en más de una oportunidad recurre a la violencia para que sus inquilinos paguen el alquiler o para proteger su territorio. Su madre era pianista, y ahora él ha decidido retomar las lecciones de música, en medio de sus días dedicados a agredir migrantes asiáticos o a enfrentar a gánsteres rusos.