Por pura casualidad, el presidente de la Asamblea Legislativa, Luis Gerardo Villanueva, encontró la que es hoy su más fuerte opción para comprar un edificio que albergue al Congreso.
La noche del jueves 17 de junio podría marcar un hito en la historia legislativa. Esa noche, Villanueva paró frente al edificio, en la fila del semáforo que está antes del puente que comunica San José con Zapote, 200 metros al oeste de Casa Presidencial. El legislador regresaba a su casa luego de buscar, sin éxito, una nueva sede para la Asamblea Legislativa.
“Luego de que el Ministerio de Salud nos notificara del desalojo, me dije: ‘aquí la solución es comprar un edificio, comprarlo o alquilarlo, pero ya completo (...)’. Cuando iba de regreso a mi casa, en Cartago, y aunque era de noche, vi el edificio, y me imaginé que ese podía ser”, recordó ayer Villanueva.
Al día siguiente, empezaron las gestiones para que el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) compre el edificio y se lo alquile al Congreso.
De esta forma, el Estado continúa con el plan firmado dos años atrás con el banco, el cual supone que la Asamblea alquile por 15 años el inmueble y luego pueda comprarlo a un precio a convenir.
El inmueble tiene un valor total de $30 millones y será entregado en noviembre de este año. Si la negociación prospera, en marzo estaría listo con despachos, auditorios, comisiones y un plenario, que estaría ubicado en la parte más alta del edificio, según manifestó a La Nación la gerente del proyecto, Lucrecia Salas.
El diseño estuvo a cargo de Elena Terán Ferrer, socia mayoritaria de la obra, quien –según Villanueva– está dispuesta a que la obra sea la nueva sede de la Asamblea.
Por ahora, la idea sigue siendo solo eso, pero Villanueva espera que el próximo año los diputados se muden cerca de la Casa Presidencial. Colaboró Álvaro Murillo.